jueves, 29 de octubre de 2009

Vae Victis

Así, de golpe, un rostro se dulcifica:
Ayer su voz era distinta,
sus palabras eran las mismas.
Hoy casi sin querer rozan y acarician.


Así, de golpe, unas manos se eternizan:
Ayer solo estaban torpes en el aire,
sus gestos eran los mismos.
Hoy casi sin querer se posan y se giran.

Así, de golpe, un cuerpo se reafirma:
Ayer caminaba mirando el horizonte,
su mirada era siempre la misma,
Hoy casi sin querer vuela y brilla.

¿Qué es eso que brilla?

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