miércoles, 31 de marzo de 2010

Bosques

Amanecer con tristeza acumulada, la misma
que holgazaneaba en rincones mustios
y que ahora vuelve a golpear los portones.

No es memoria ni nostalgia, es
certeza del vacío, vuelta al laberinto
silencioso del ayer y del mañana.

Dolor de la presencia inerme,
clavada en la conciencia.


sábado, 27 de marzo de 2010

Estamos hechos de estrellas

Viejas banderas no rasgadas,
otras sonrisas en otros cuerpos,
miradas ausentes en los labios.
Ojos baldíos reinventando
aquella manera de volver a los olivos
y acurrucarse frente a la nada.

Dedos sapientes que indican
con su voz ignífuga chapoteos pasados.
Este manto adrede camina junto al hielo:
Oscuros trastes de música indefinida.

Niñez repartida en estancias huecas,
clamor de pies, un triste rayo
conviviendo con el aire que no agita.


viernes, 26 de marzo de 2010

Cumbres pasajeras

Atardecer brutal de septiembre oscuro, herrumbroso:
Suenan tambores y tabardos allá en las cercanías,
ondean buitres sus ojos desgarrados por el miedo
y rebota la sangre contra nubes infames.

Los acantilados susurran con lava en los dientes
los cánticos precoces de niños perdidos
que se balancean impávidos ante autovías deshechas
y roban sin quererlo fusiles extradimensionales.

Con latidos y martillazos se va derruyendo
el profano ser de los angostos espectros
que azulean caminos hacia el sur difuso
o lluvias rabiosas donde el nombre es oro.

Charlot en la otra acera

¿Qué fue de aquel naufragio?
¿Dónde se hundieron las banderas?
¿Cuánto ardieron los mástiles?
¿Quién prendió las primeras antorchas?
¿Cuándo cayeron entre llamas las velas?
¿Cómo murió en capitán?

¿Llora alguien en la orilla?
¿En qué playa, en qué arrecife
se amontona la madera hichada,
testigo y artífice de la catástrofe?
¿Es óxido ya el candado
que otrora guardó con celo su tesoro?

miércoles, 24 de marzo de 2010

Cucacharas

En la punta de los ojos
las palabras se amontonan.
No conocí otra cosa más que silencio,
nunca jugué sin trampas.

Hoy suenan otras ventanas,
retruena cerca el mar aquí,
el rastro de un crepúsculo,
piedra todavía, trae de ida
un cesto repleto de leche
y un millón de puñales insomnes.

Llaman a la puerta dioses ajenos
siempre un minuto más tarde.
Una pequeña estela dorada,
un avión que no vuelve,
las mismas cartas que nadie escribe,
las certezas devorando a sus hijos,
las lámparas lanzándose al vacío.

Una era, una hora, un suspiro,
la imagen brillando sin ausencias,
un trazo, un trozo, un vidrio
que deshoja almas inconscientes
y todo lo vano de la espera.

Sobre un lecho blanco,
el camino que se rompe liberando
fantasmas inseguros de otras repeticiones
y pasos torcidos ya sin andenes.

Calma inútil, entonces.
Se reescriben los dedos entre espumas
buscando aquellos profundos mástiles:
Verde, acero, nada.

El tapete está roto, no hay
siquiera una hormiga a recordar
y sin embargo las manos
siguen sin ser más que lápidas.

martes, 23 de marzo de 2010

Elseworlds

Vidas impávidas, incólumes, ingratas,
arrancadas ya mayores de espinos y suburbios,
fluctúan añorantes, ignorantes, de terremotos incandescentes
y paseos famélicos a dimensiones obstruidas.

Tableros resquebrajados donde se desparraman
las ínfimas posibilidades de un mar agnóstico:
habría que retrazar los bastardos que vinieron
a derramar su clamor de siglos nefandos.

Puertas a puertas desde un país preciso,
casi lloviznando en penúltima instancia,
siempre adrede desde un siglo ausente
que combina banal esporas y naufragios.

Flores muertas

Repleta de rasguños, destartalada,
la mente desfallece henchida de negrura
que deglute impávida toda felicidad posible
y escupe a sus propios ojos la hez que sobra.

Rota por mil sitios, el alma, si es que hubiese,
dispara febril y ciega odios absurdos  a los viandantes
sin notar que esos cristales que le desgarran los pies
son retazos del espejo en que un día se miraba.

Y mientras el corazón sigue con esa búsqueda
de una excusa para otro latido estúpido,
sabiendo que todo es tiempo perdido
esperando de la más certera de las nadas.


domingo, 21 de marzo de 2010

El grajo

Tiempos perdidos en otras calzadas,
una hilera en que un día saltaban
hogueras de cartón sobre espamos de centeno
y carreras amarillas sobre los desembarcos posibles.

Subiendo el cabo del retorno en telescopio,
lagrimea otro edén reconfortándose en vacíos
o acarrea impoluto los hangares irracionales del ahora:
un informe destartalado que sabría a error y sandeces.

Ya no queda sangre en el camino, solo esputo y hiel
que demacran con guirnaldas la sombra de un delfín.
Acumuladas en una pira las venganzas y las vergüenzas,
hay un canto ortogonal que ya simplemente espera.

sábado, 20 de marzo de 2010

Tiempo a través

Queda un núcleo a este lado de la puerta
vomitando cenefas fluorescentes dos esquinas más lejos,
pero nada brilla hoy, es la noche prometida
y se le están desgranando recodos a los placeres.

Hubo una cascada en un mar lejano
que danzaba vibrando sobre escarchas perdidas,
pero hoy semeja una estatua ajena, informe,
de terrible mano que abarcase lo que no tenía.

Sueña entonces el siglo con sus tamaños,
arrullando indeciso a un lagar indolente
en que casa y camino serían sinónimos
y los bucles de antaño solo otros mares.

viernes, 19 de marzo de 2010

Chiquitina

Si pudiera devolverte solo un poco
de esa felicidad que todavía recuerdo,
si supiera.

Si supiera coger entrelazar otra vez tus dedos,
secar a abrazos las lágrimas de tus ojos,
si pudiera.

Si pudiera arrarcarte una sola espina
y curarte para que no te duela,
si supiera.

Si supiera contestar la más mínima de tus preguntas
y creerme yo mismo la más estúpida de las respuestas,
si pudiera.

Si hubiese podido entonces,
si hubiese sabido entonces,
si hubiese querido...

La vie et rien d'autre

Todo sombras,
todo polvo,
todo niebla,
y nada más.

Todo estruendo,
todo pólvora,
todo luces,
todo aplausos,
y ya está.

Todo reflejos,
todo espejos,
todos otros,
todos ajenos,
¡qué sabrán!



Si pudiera...

jueves, 18 de marzo de 2010

Otra historia interminada

Presto el techo al azar infame
la curva línea del tiempo hiere con ojos informes.
Turno para la gloria evanescente
que zozobra en la penumbra del oasis,
como un la sostenido que revirtiese caduco
el caos insano de toda la geometría.

Hubo napalm helado, cuadros
que avecinaban un retorno al llano
corretear de los lápices entre tumbas
y cúmulos indecisos desde todos los frentes.

Caminar bajo prebostes glaucos
mientras los arcianos rodaban sus pies de plomo
en ese mar caduco que es el fuego que no llega.


El inconmensurable aura de un rostro ausente

Languideciendo adrede:
ripio, runa, ruido.
Agita las sábanas la duda,
apenas queda rocío.


Llanto incólume, imprevisto,
rasga el viento el norte vacío.
Terciopelo en las entrañas,
canto inútil de ciervo triste.

Placas amarillas, suturas
que acumulan polvo en las entradas.
Días como cualquiera gritando
al infinito en un latido que no cesa.

Breaking wings

Sumados están a las raíces los despojos
que ansían luces de hogaño en sus fierezas.

Voces de otros clamando las mismas ausencias,
gotea la tinta difusa en párpados que otrora fueron verso.

Cuenta ahora como propio el ras del vuelo
que anaranjado trazaba un balcón definitivo.

Luego aquel gesto efímero que compondría muros
donde el horror se hizo inmanente, casi agostado.

Un gato de luna murmulla hechizos de nunca
que la victoria masculló en espectral silbido.

Naves severas de faz imprevista
que destrozan sus quillas contra huracanes.

Una única línea entonces basta, o una vestidura ajada,
pero el verano sigue siendo niebla y trueno.

Mundos circulares dentro de mundos:
quema el limbo con su trono salvaje.

De amanecer en futuros lejanos qué sabe nadie,
hoy arrastra la trinchera lienzos petrificados.

miércoles, 17 de marzo de 2010

La parada de los monstruos

Solo queda el hedor,
¿qué si no iba a quedar?
la podredumbre del alma
reclamando su sitio en este mundo.

El negro mar en que jugaron
vampiros y espías es ahora
sudario silencioso de días eternos.
El horror de la catástrofe
no es este anochecer continuo siendo derrota,
este saberse fiasco,
este casi romper espejos a golpes.

Es vivir acumulando nimiedades,
vacío tras vacío, a cal y canto la puerta,
saber que allá a lo cerca
fue otra el alma partida,
el despertar tan súbito,
la respuesta no encontrada,
el día derruido, irremisible.

lunes, 15 de marzo de 2010

Ofertas varias en la sección de Deloreans

Vendrá, más temprano que tarde
a buscarme de nuevo la tristeza,
abierta de par en par el alma,
la mano otra vez cerrada.

Vendrá reclamando esta casa como suya,
presto el llanto en el ojo, el amargor en la sonrisa,
la tormenta en el cielo, la mente
en otras cosas.

Vendrá y me hallará listo,
su alcoba preparada,
su cama ya bien hecha,
llegará sin haber avisado,
como ella siempre llega,
Volverá sin preguntas,
y me encontraré con respuestas.


Si llega a marcharse un día,
todo se repetirá de nuevo,
el día que retorne la tristeza..

Furibundo

Reboto como una pila caústica
en un bucle casi permanente
contra las purpúreas roturas
que se alejan desde otras playas.

Ojivas subcutáneas que predicen
pasados circulares como tronos
y tapian precarios corrimientos en desuso
allá donde se acumula el hedor de los neones.

Un perpetuo faro que socorre
con paso insípido lo soñado
traza con mano ígnea más perfiles
en ochenta y cuatro pergreños.

Yesca nocturna, al fin,
este pasar de pieles escondidas,
que no rompen más que un siglo
o la tenue brisa de otro marzo.



domingo, 14 de marzo de 2010

Oligofrenia militante




Rebuscar témpanos entre azúcar
o lluvias angostas traídas
de un abrigo gris y lágrima.

Piedras de antaño que regurgitan
fieros cónsules urgentes
con ramas de bronce y manos de un minuto.

Calmar entonces la galaxia con fuego
y un retrúecano impertinente que cabalga
sucinto hacia donde no viene.



Tránsfuga, el victorioso hallazgo
se reinvierte en docenas de puñales
y un azar envidioso que fustiga.

Cúantos cómos aún quedan,
y por qués tan insensatos
que se revuelven en sí mismos.

Azufres que hoy salieron de puerto
racanean tres o mil palabras:
Ser, escorbuto, añil.

Elevadas quedan, pues,
las ancas que viajaron al poniente
desde aquella rotura en la tormenta.

viernes, 12 de marzo de 2010

Simply the best

Ahora que comprendo
y recuerdo aquel naufragio,
aquel payaso
que jugaba en ese hogar ajeno,
creyendo la eternidad un solo día.

Ahora que persigo
que pase el tiempo, solo que pase,
que se lleve esta arena y este polvo,
estas ruinas, estos cristales,
que un día el espejo me refleje
y las sombras ya hayan sido.

Ahora que no permito
un paso adelante, un suspiro de más,
una mano de menos, ahora
que casi ni me inhibo.

Ahora que la espera ya no es sueño
ni recurro a otras esferas,
ahora que no hay blancos que me lleven
ni dudas sin resolver más allá de todas,
el camino de retorno al camino pretrazado parece tan simple
que los pasos se vuelven a perder en ese círuculo
que es la desesperanza por sistema.

Frente roto en la posición B-936

Día de fiesta en la ciudad de los árboles santuario,
corre la espuma como días circunnavegando maldiciones
y el resquemor de los azúreos continúa su desfile infame
desacompasando esferas con lluvias a destiempo.

Rimando estupideces, los allegados comentan
con un rostro maquetado a toda prisa
las postreras sombras que acuden a la rabia
con acordeones sísmicos de mundos no plausibles.

jueves, 11 de marzo de 2010

martes, 9 de marzo de 2010

Especial informativo

Interrumpimos la programación habitual para informarles del descubrimiento de esta iniciativa tan interesante:

Kiva

Es una red de microcréditos en la que particulares de los países desarrollados pueden hacer pequeños préstamos a pequeños emprendedores de países en vías de desarrollo para que puedan montar sus negocios y salir por ellos mismos de la pobreza. Cómo he leído por ahí, es enseñarles a pescar.

Tú das tu donativo en dólares, que al cambio no es nada, y en unos meses te es reembolsado. Sin intereses, claro está.

Para evitar fiascos, la página tiene una especie de "ránking de fiabilidad".

Aquí podéis encontrar información en castellano acerca de la entidad, dado que la página está en inglés.

Gracias por su atención, en breve retomamos las emisiones acostumbradas, entretanto, unos minutos musicales.

lunes, 8 de marzo de 2010

La otra copa

Y prender en silencio los lagos
para destronarse sigilosos los montes
y poder embaucar ínfimas bienales
entregadas a mundos afines sin descanso.

Un tercer ausente se consuela
frente al hedor impune de lo obvio
con un caliz sin reflejos en la mejilla
ni carreras desde distintos recortes.

Y tan poco a poco se descoloren
las cálidas nieves prometidas
a una aurora tan precisa
que ya no sabe serse.


domingo, 7 de marzo de 2010

Ahí enfrente

na imagen de tiempos remotos
cobra vida un nanosegundo
durante la hora trágica que precede
siempre a la catástrofe:

En el centro, macabro, un palo,
enervado y cejijunto, baila
compases sencillos en silenciosa armonía,
desmitificando errores comunes
y puras apariencias.

Hoy el cristal, más duro que nunca
giró con fiebre en el otro sentido
e implotó como siempre, lejos,
con hiel de otros lacrimales en las manos.

sábado, 6 de marzo de 2010

La espada salvaje de Krotar

Y amanecer o algo parecido
como un pasado sin nostalgias
a la promesa infantil del regreso
o la inútil vacuidad del presente
no retornable a las ciudades alegres
o las vastas alamedas de una quincena.

Horrores sencillos que se instalan
en asfaltos quemados tres minutos antes
y devuelven el universo a lo que era,
mil millones de puntos en una lámina ansiosa
que redistribuye ufana vidrios sin plata
y colmillos a flor de piel,
como un fin de trayecto gris
que adolece de retoños y sonrisas,
de infinitos y de perfectos.

viernes, 5 de marzo de 2010

Malos tiempos para ser un replicante

Yo tuve
azares sin reparos
restos sin sonrisas,
lluvias sin palabras,
mañanas sin descensos,
azules sin kilómetros,
fugas sin mutismos,
secretos sin butacas,
rasguños sin azúcar,
hogueras sin edades,
peces sin cavernas,
ríos sin cascabeles,
ratones sin  aguacates,
remites sin tormenta,
pieles sin tiradas,
y un pequeño ángel.

Todo nube, todo canto.
Yo tuve.


jueves, 4 de marzo de 2010

Agricultura retráctil

Aquí una puerta, un dedo, un segundo,
el tiempo perdido llamando sin retorno
las noches soñadas danzando sin permiso.

Lo falaz de los instantes revolviéndose,
lo más terrible del más terrible de los silencios,
la falta perdonable huyendo
a pálidas estrellas fugaces sin estela y sin nombre.

Rostro en otra parte, ajeno
a muros y puentes, a palabras y pesares:
Ni soñadores, ni caballeros errantes,
nada más una figura triste y encorvada,
presa entre algodones, que soñaba pesadillas,
que no quiere despertar.

Podría ser ceniza un milímetro,
o añoranza de ni se sabe.
Una puerta, una sonrisa, ese momento.

Creyó reírse el sol en su solsticio,
los dados cargados, presto el capote,
pero todo se perdió al final.

Al final, se perdió todo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Todxs somos Marina Albiol

Groenlandia

Al fin menos que nada,
ni polvo, ni espejo, ni estrella.
Solo vanos y cristales,
solo ese vaho de último suspiro
que no llega.

Sin palabras postreras,
sin caminos allende,
sin poder mirar más allá del silencio,
sin saber construir más que ruinas
en eterno retorno,
desdibujando montañas
deconstruyendo universos
a este lado de la puerta.

Con las viejas costuras de antiguos dibujos,
el algodón desparramado, sucio de sangre,
de tiempo y todo aquello.

Siquiera un naufragio al que aferrarse,
un mísero torpedo,
un ayer, un accidente.

La única sonrisa del unicornio
y las caras recordando que hubo un amanecer en que todo fue posible.

lunes, 1 de marzo de 2010

Y sin embago

Coleccionando otredades
dessiendo.
Una mano al cielo,
un pie difuso.
Antaño hubo una roca,
o un pozo,
hoy si acaso
una pátina,
un exhalo
una última gota que contiene
tristes tintas,
unas nubes,
algun algo,
pero poco.