jueves, 1 de octubre de 2009

La potente fragua... (II)

Intento de crítica literaria... Hay que probarlo todo, oiga... El libro sigue siendo vigente, y recomendable, por supuesto.

Para hacer que el tirano caiga...

Estoy leyendo un libro bastante interesante. Se llama "Rebelarse vende, el negocio de la contracultura". El libro viene a explicar que el declararse diferente, definirse antitodo, el sentirse anticapitalista por no comprar ciertas cosas en ciertos sitios o considerarse rebelde por ser apolítico, en estos momentos no es más que otra forma de capitalismo, otro mercado más, otra forma de borreguismo como la que pueden tener "los otros", los que se preocupan solo por llegar a fin de mes y cuyos problemas automáticamente excluyen las grandes disquisiciones teóricas.

Como solución, los autores proponen preocuparse más por temas concretos, por retomar la tradición izquierdista, habitualmente preocupada por la transformación real de la sociedad, o, al menos, la mejora de las condiciones de las clases más desfavorecidas, cuyas filas aumentan por momentos en estos tiempos.

Tal vez sea esa la mayor crítica que se le puede hacer al libro, que apueste por la reforma y no por la revolución, aunque, según las tesis que defiende el libro, la ruptura, de momento, es bastante imposible.

Y con eso estoy de acuerdo. Hoy por hoy, pese a darse las "condiciones objetivas" para un cambio social profundo, no se dan las "condiciones subjetivas"... Y tal vez nos demos cuenta demasiado tarde.

Mientras tanto, algunos seguimos empeñados en que no se extinga la llama de la utopía, en pensar que otro mundo es posible, pero, como ya sabían los trabajadores del XIX, hay que cambiar al ser humano para que el nuevo mundo vea la luz... Hay que soplar la potente fragua y hacer un ser humano nuevo...

Y esa es, en resumen, mi intención. Intentar ver la realidad desde un punto nuevo, desde un punto centrado en la gente, con un pie puesto en la utopía y otro en la más cruda realidad.

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