miércoles, 30 de junio de 2010

Olmos a contraluz

Hay aluvión de llaves esta noche,
una infecta maraña de fastidios
que llegan desde puentes
rigurosamente vigilados por viejos conocidos.

Azares claroscuros se cruzan en sus pasos,
viene la nada con tiempo preciso
acallando bocas y tramas inútiles.

Pueblan caminos ya los cadáveres
que acumulan polvo entre los labios
y el dorado del mar se reconduce
al lugar imposible del orgullo.

martes, 29 de junio de 2010

1945

Un segundo, un instante, nada,
corre en dirección vecina un relámpago.

Un sillón, una puerta, una voz,
viento batiendo algunas ventanas.

Murmullo de camas rotas, cúmulo de cristales.
¿Dónde fue este momento, dónde?

Roto el tiempo en tres partes, insurgencia indebida,
golpe de arena entre los dientes, llanto primigenio.

Rumbro repentino, rechinar de fauces,
escombrera rutilante que se reclama.

Pasos adelante, hojas deshechas,
cantos flamígeros que se agostan.

Conclusión rampante: Lluvia esquiva
que amanece justo un después más tarde.

sábado, 26 de junio de 2010

Corazón de mudanza (y II)

Pero no es el hogar,
si no una puerta,
o una llave,
el camino indispensable e indiferente,
la azul marca de los años
que abofetea los teléfonos con mano inerme.

No lo es, no.

No es lo que espera
lánguidamente la boca soñada,
los ojos distantes,
el regreso a ninguna parte.

No lo es, no.

Solo cajas y futuros.
Preguntas y más preguntas.
Otro mañana a desperdiciar,
otros tiempos.

domingo, 20 de junio de 2010

Epic fail

Este odio que no es odio,
esta rabia que no es rabia,
esta nada que no es nada,
este tiempo que no es tiempo.

Soy el reflejo de una sombra,
el hueco de un vacío,
el hálito de un suspiro,
la cáscara de una piel.

Una puerta sin vano,
una ventana sin cristales,
una incerteza improbable,
una colección ingente
de estupideces y falacias,
de paraísos desiertos,
de promesas perdidas,
de dudas y más dudas.

Y ese eterno retorno a los orígenes
a la ausencia de un afuera,
al estruendo de cristales,
a los muros y las burbujas.

Y este construir posibilidades,
empujar futuros,
albergar amaneceres,
perseguir horizontes.

Y este robar océanos,
surcar raíles,
arrancar mañanas,


Y no saber y sin saber hacer,
y romperse y romperse,
e invertarse y reinvertarse,
creer, crecer, ser al menos
un eco de un susurro,
un hilo en un laberinto,
polvo, agua, barro, carne.
Algo.


viernes, 18 de junio de 2010

Relativamente lejos

Hoy el olor de los días perdidos,
es rastro infame que golpea los ojos
cuando se entrecortan en algún acierto.

Sigue el tiempo destrozando afrentas,
donde lo dulce fue otra herida
y la espera una utopía.

Una última llamarada en el bolsillo
juguetea con los eones y las piedras:
el amargo vivir de la victoria.

Allá en el cielo las mareas
arrojan sedales a pies sin huella
y se revuelve otra vez el infinito.

Se han perdido tantas carreteras
que ya carece de ser el invierno.
Pero la lluvia sigue entre ramas podridas.

Días azules

Punto de ebullición en la distancia,
la cruel frontera que lleva y trae
el cantar amargo de otras ciudades
en que el trigo se balanceará por los costados
y las respuestas serán insípidas e inmediatas.

Rotura de cables a contratiempo,
la madrugada sin fin que no olvida huracanes
que arrastran raíles y relámpagos
reflejados en los restos de un cristal prístino
arrancado de la pupila obtusa de los años.

Trágica transcendencia, entonces,
la de la cuesta que se retuerce entre las manos,
cóncava caverna de hilos entrecortados,
que se bifurcan desde la naúsea hasta la nada,
desde la nada hasta la tumba.

Y con un final rodado entre tinieblas,
se desvanece el terror tan esférico y tan villano
a que una o dos galaxias no comprendan
que existir es solo un suspiro entre océanos
y los sinónimos son cada vez más pequeños.

La turbia mirada no oscurece
ni relaja el fuego.
Todo silencio todavía,
todo tan lejos.

miércoles, 16 de junio de 2010

Kursk

Si no parase este futuro,
este grito, este desgarro,
si no acabasen galaxias y colores
en un único éxtasis infinito,
si de este pedazo no hubiese más,
si de esta corola no hubiese menos.

Si quedase un último paso,
si viniese una primera puerta,
si apareciesen otras estrellas,
si se demoliese el camino,
si estallasen dos o tres puentes,
si no quedasen flores ni primaveras.

Si se callase el infierno,
si se detuviese el ayer,
si el todo se ausentase,
si se desvaneciera el aire,
si fuese algo que no fuere,
si el si fuese un simple sí,
si tanto, si todo, si algo.
Si...


lunes, 14 de junio de 2010

Escaparates

Soy lo que soy,
piedra, no roca,
aire, no viento,
mar, no océano,
incendio, no llama,
vacío, no nada.

Tengo lo que tengo:
Hambre sin fin,
sueño sin fin,
todo sin fin,
menos un fin
y un montón de excusas
para seguir amaneciendo.

Vivo con lo puesto:
Un cuerpo,
algunos sentidos,
una mente o algo parecido,
muchos, muchos prejuicios,
y un mundo ahí fuera.

Y así avanzo,
a saltos,
dos atrás, uno adelante,
dos adelante, uno atrás.
Un tropiezo,
un tropiezo,
un tropiezo.

Ruido, no música,
chillido, no trueno,
ni senda ni sendero,
silencios y más silencios,
todo espinas en el tallo
y, al final del tallo,
más espinas todavía.

Y todo tejido
con palabras y más palabras,
con promesas y más promesas,
con ausencias y más ausencias.

Y todo aferrado a cualquier cosa,
a un juego sin sentido ni reglas,
a perder todo en un momento,
a continuar hacia adelante
por continuar hacia adelante,
a no saber ni poder imaginar,
a creer únicamente en que más allá de todo ésto...
al más horrible de los latigazos,
al más imposible de los perdones,
al más distante de los cielos,
a la más dolorosa de las paces.

sábado, 12 de junio de 2010

Las siete diferencias

Se amanece con el horror de la certeza,
se busca una razón,
se encoge
el sentido,
se aprietan los labios,
se aprietan las manos,
se acaba el horizonte.

Escombros sobre escombros,
ruinas de ruinas,
ramaje desarbolado por el viento,
escarcha en las flores,
muñones al viento.

Un retrato ya caduco,
mil besos no prometidos,
un todavía que ni se acerca,
un quizás que ya no existe,
un adiós que aún queda.


Savia en otras palabras,
terror ínfimo,
un piano rosa o amarillo,
mil millones de nadas.

¿Qué camino viene entonces?
¿Qué respuestas mal formuladas?
¿Qué brecha, qué rotura?
¿Qué viaje se ha perdido?
¿Qué principio de ninguna parte
sacude los pilares del vacío?
¿Qué misterio se desvanece?
¿Qué vasos ya no se rompen?


viernes, 11 de junio de 2010

Lillith camina conmigo

Ya se sabe, la vida en las trincheras:
Sangre, sudor, muerte.
Todo truncado, apiñándose
entre barro y angustia,
sobre huesos y ratas.

El amargo olor de los cadáveres,
los ojos vacíos de esperanza,
los muñones estirados al viento,
las vísceras a cada esquina,
la muerte a cada paso,
el rechinar continuo del ansia,
el doblar cetrino de campanas.

jueves, 10 de junio de 2010

Cuchillas

Roca en el espejo,
huestes mugrientas
pastillas para no esperar,
y la dulce certeza de lo lejano
embebido en cristales rotos.

Puño y runa, hacha que camina,
suave gorjeo arrancado al musgo,
extraños mundos frente a frente,
crecidos entre agostos y promesas.

Cadencia arrebatada a la farándula,
caricia entre establos y suturas,
nardo inerte como una colina.

Trigales de antaño en vericuetos oscuros,
portones caídos, cementerios
y la niebla posible como excusa,
nacida de la luz y de los hielos.

Razón de beber en entretiempo,
pálpito incólume de tan insano,
llovizna perenne a mediodía.

Carreteras a todas las salidas,
árboles sin halo ni consuelo,
callos deshojados en el alma,
puñado de viento, de sange, de nada.

miércoles, 9 de junio de 2010

Fiestas de guardar

Mariannes de hielo y búsqueda,
puertas entrelazadas entre estrellas y caminos,
brechas silenciosas de espejos maleables,
labios, llamas, trozos, nada.

Un sol inabarcable que se rasga,
un mutismo interminable que persiste
en la sutil fragua de otros gestos,
en la profunda muerte de los ojos.

Abismos secuestrados por los siglos de los siglos,
funambulistas entre sábados y rinocerontes,
entre cadenas y calefactores de saldo,
entre la más inútil de las primaveras.

Tragedia en los dípticos y en las alocuciones,
todo es febril por mil instantes,
la mano llueve con aceros comedidos,
la espalda cae sobre rabias malolientes.

martes, 8 de junio de 2010

Happy Birthday





Alma entera

Y desde este lado de la calle voy mirando
como gotean ladrillos desde las botellas:
almas rotas que se abrazan a los sueños
y duermen el temblar efímero de aquel momento
roto contra ventanales de lluvia y vaho.

Y desde estos caminos siempre todavía,
lanzo hacia adelante dudas y otros prejuicios,
como las semillas aquellas malditas mil veces,
hiel en el vientre y sangre en el tiempo,
siempre losas que ciegan muros y cenagales.

Con paso raudo pero sencillo, bordeo
el fustigar sutil de las cataratas sobre  el pecho,
la burda poética del archísilabo incorrecto,
el apretar cansino de pulsos y relámpagos
que se entretienen en verjas ajenas como rayos.

Hoy sin maullidos ni retratos,
abierto el horizonte, el todo siempre oscuro,
calzo el fin como trinchera,
rompo pasillos entre los pasos,
amanezco presente aunque se marche
cada pequeño hálito de mi cintura
hacia aquel otro cercano milímetro
de abetos y suspiros,
de mares a rayas y caídas,
de lunas e imprecisiones,
de posos eléctricos en un terrible gesto.

lunes, 7 de junio de 2010

Desembarco en la zona cero

Quedan cienos ente la plateada
mancha que dejan los avernos posibles,
una postrera sombra que ni endulza ni vacía,
y el camino entretejido es resto de mil galaxias
que azules deconstruyen las simas
donde ahondan ojos y rebufos.

Campeones de hígado difuso
dan al aire su justa infamia,
el revuelo fluorizado de una noche amarilla
que ordeña aquellas flores de osos y trincheras
con la risa tenue del pasado insigne
o de la marabunta que se sonroja ante mil elefantes.

Circunspectos, ufanos, se arremolinan
los gayos extraños entre almíbar y trabucos
para difundir a los mil infiernos el nombre del pecador y del pecado.
Contubernio absoluto de ogros y procedimientos,
el arreglo infestado es ajeno al infinito
y la sombra ya no es viento entre los párpados.

jueves, 3 de junio de 2010

Más jaquecas

No cesa este silencio ni ese ruido,
no hay sombra donde cobijar el alma
ni rincón en que acurrucar el olvido.
Solo el constante resonar del polvo y de la nada.

No acude este sol aunque lo llame
ni arde este fuego aunque lo prenda.
No se calma este pensar aunque lo mime
ni se detiene este llorar aunque lo quiera.

No delira este mar aunque lo sueñe,
no se rompe este muro aunque lo viva.
No aguanta este instante ni se mueven
este dolor, esta lágrima, esta herida.