lunes, 31 de agosto de 2009

Tu vida en un segundo


En un segundo
alguien llora
alguien ríe
alguien canta
alguien nace
alguien suspira
alguien grita
alguien calla.


En un segundo
alguien se suena
alguien oculta algo
alguien hace tiempo
alguien masca chicle
alguien salta mucho
alguien habla despacio
alguien pasa lejos.

En un segudo
alguien da una palmada
alguien guiña un ojo
alguien dobla una esquina
alguien lee una palabra
alguien pulsa tres teclas
alguien mastica un poco.

En un segundo.
Y, mientras, ajeno,
el mundo sigue girando.

domingo, 30 de agosto de 2009

Sí, pero...

La mascarada de la muerte roja se revela repentina,
susurrante,
en un quiebro de silencios y promesas inconclusas, páginas
en blanco en el centro de un libro aún no escrito compitiendo
en absurdeces y tapas sobre capas
de giros y palíndromos, en esclarecidas fugas hacia un lado.

Hay límites que se hicieron para ser salvados
de la agonía, de la libertad, del agua
que llega como un oasis,
como un espejismo,
como una caravana
de
nadas
que
se
siguen
una
a
la
otra,
paso
a
paso,
lluvia
a lluvia.

Mientras ahí fuera el montón de cadáveres empieza a apestar, y nadie sabe cómo lanzarlos al vacío.

Y tal vez bastase sólo un suspiro.
Un último aliento.
Un último tiempo.
Si hubiese un último tiempo.

jueves, 27 de agosto de 2009

Será cómo aquella canción de los años ochenta...

¿Pero... cuál?







48 horas de tirón en el curro...



Y, a tener en cuenta que hoy Marte seguirá estando tan lejos cómo siempre...

Información aquí

Hay distancias insalvables, por muy cerca que parezcan, siempre están lejos. Y cuándo de trata de soles y estrellas, mejor no hablar.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Otra estúpida anécdota...

Pero la recordé hace poco, cuando redescubrí una canción linkeando en Youtube.
Hace muchos años, me hice un CD de música en castellano, en plan pop, o al menos, no muy cañera, para los momentos que me apeteciera ese tipo de música... Hay que escuchar de todo. El CD tenía desde Duncan Dhu o los Secretos a Mecano o Loquillo... Lo que se viene a llamar un variadillo.
Un día, mi hermana, que por aquél entonces trabajaba en Telepizza, buscó algo de música para llevarla al trabajo, escuchó algunas canciones y decidió llevarse ese compacto en concreto. Había un cumpleaños, pero los niños no prestaban mucha atención la música que estaba sonando... Hasta que empezó a sonar La Cabra Mecánica. Y no, no fue La lista de la compra.

Fue ésto.



Bueno, los niños no... pero las madres....

Por favor...

Decidme que no fue un sueño.

lunes, 24 de agosto de 2009

SMS



De repente, vibra el teléfono. ¿Será ella? Voy conduciendo. No puedo cogerlo. ¿Qué querrá? Nervios. Siempre nervios. Pero estoy cerca. Sólo aparcar. Aquí mismo. El bolsillo, el teléfono, el mensaje: “Te espero en casa”. Vaya. La segunda vez que lo hace. Casi ni recordaba que tenía llaves. ¿Se habrá puesto el camisón aquel que le regalé, el negro? Recuerdo sus piernas. Estaba recostada en el sofá, con las piernas dobladas. Morenas, eternas. Al final, los pies perfectos. Nunca pensé que unos pies pudiesen ser perfectos. Pero ella los tiene. Cojo la mochila. Voy a casa. No corro, no sé por qué. Ella me espera. Su pelo, sus ojos, su boca. Me esperan. No sé por qué, no corro. Sus labios, sus pechos. Sus pechos en mis labios, sus labios en mi piel. Ya me siento arder entre las piernas.

Ella está en casa. Podría llamarla, podría decirle cómo quiero que me espere, dónde quiero que me espere.

Ayer lo hicimos en el baño, antes de la ducha. Por delante, ella sentada, por detrás, ella apoyada, su espalda ante mis ojos, su cuello ante mi boca.

¿Se habrá puesto su pijama? Blanco, casi transparente, una caricia y el pezón moreno se asoma, esperando mis dedos, mis cosquillas. Una caricia y el ombligo al aire. Moreno, frágil en el vientre liso, perfecto, un mar negro en que perder la saliva, en que perder la lengua. Mi lengua. Su lengua. Pequeña y suave, dulce y sabia, su lengua sabe recorrerme, sabe buscarme. Su lengua me conoce de arriba abajo, de abajo arriba. Cada pliegue, cada rincón. Le gusta jugar y juega.

También lo hicimos en el comedor. Teníamos juguetes nuevos. Tal vez ahora esté jugando con ellos. Las bolas chinas, el vibrador nuevo dentro de ella. De esa abertura tan pequeñita, tan rica, tan bonita. Esos otros labios que tanto ríen al ser besados, al ser adorados. Esos otros labios todo cosquillas que ríen y hacen reír, que sueñan y hacen soñar. Morenos por fuera, rosados por dentro. Preciosos
.
No sé por qué no corro. Ella me está esperando. Tal vez con su vestidito azul, el nuevo. Ese que realza cada curva, que esconde lo justo, que apenas empieza y acaba. Ese bajo el que es tan fácil dejar caer la mano y acariciar. Acariciar las piernas infinitas, los labios morenos, las nalgas suaves, firmes, redondas. Apartar, suavemente, las braguitas. Introducir los deditos, ver cómo se muerde los labios, cómo cierra los ojos, cómo se estremece, cómo su mano inquieta, dulce, se tiende hacia mí sin mirar. Besarla, besarla mucho mientras. Su mano encuentra, su mano juega. Mi boca, su boca, mis dedos, sus labios. Pronto, la ropa. Pronto.

No sé por qué no he corrido. Llego a casa. No hay luz. No está la llave echada. No está en el comedor. En el dormitorio, la tenue luz de unas velas. Olor a aceite de masajes. No espero. Me voy quitando la camisa.

Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado

Pronto, empezaremos a hablar en neolengua para no cometer crimentales y que nos pille la polipen... Aunque haya que doblepensar.

Y encima, no es el Insoc de Oceanía, es más cerquita...


Tal que aquí

Aunque no hay mucho problema...
¡Amo al Gran Hermano!

La canción

El otro día, mi gran amigo Silver (quién puede presumir de una amistad que ha durado 36 años) me pasó el enlace con la canción que puso en su R5 hace ya muchísimos años...

La canción viene a ser ésta:



También me pasó la letra, con su traducción googleada, y por tanto, ilegible... así que he hecho la mía propia...

Tened en cuenta que nunca he estudiado inglés ni nada parecido. Y que siempre he pensado lo de traducción es traición. De todas formas, pongo la letra original.

I won't stand in your way

I, I got a low down dirty feeling
That I've been cheated on, and lied to
If it's so then it's wrong, we've hung on for so long
Why don't we have that magic anymore?

I got a strange sneaking suspicion
That it's been going on for some time now
Something shines in your eyes, something hurts deep inside
I won't stand in your way anymore

You said that I'm just a little guy
Who's easily led astray
Well aren't you the same little girl
Who alway gets her way


No quiero estar en tu camino

Tengo, tengo una extraña y sucia sensación
Que he sido engañado, y también mentido
Pero incluso si estoy equivocado, hemos estado colgados tanto tiempo…
¿Por qué no sentir la magia de nuevo?

Tengo una sutil y extraña sospecha
De un tiempo hasta ahora
Algo brilla en tus ojos, algo duele ahí dentro
No quiero estar en tu camino nunca más.

Me dijiste que era cómo un niño pequeño
Que se descarriaba fácilmente
¿Acaso tú no eres una niña pequeña
Que hace siempre lo que quiere?

Un lugar en el mundo


Corazón de mudanza. Una última lavadora, mirar la comida que queda.
Las cajas y los libros que todavía asoman.
Pronto, este amanecer será distinto.
Serán otros los rostros con que me cruce, el tráfico que me despierte, los pasillos que recorra medio dormido.
Será otro el aparcamiento que no encuentre, el supermercado donde reposte.
Las llamadas que reciba de la gente que está cerca.
Las esquinas de referencia.
Será otro el camarero del primer café y la última cerveza.
Las estanterías que mire, el balcón de tender la ropa.

Poco a poco, todo esto será otro.

Pero no sé si será para siempre.

Hace un año

O hace un mes.




Fiesta PCE 2009

Tras un año de parón, la fiesta del PCE se va a celebrar, finalmente, en Córdoba.
Como es tradición, se está organizando un bus desde Alicante. El viaje saldría por unos 25-30 euros, y son cinco horas y media de autobús.

Eso sí, merece la pena.

Fiesta del PCE




Post Data: Esto me pasa por seguir buscando vídeos de la fiesta...

Cobra 35.000 € por conferencia

domingo, 23 de agosto de 2009

Wrong way



Pero a mí se me cayó el perchero entero...Y al recoger una capa, había otra, y debajo otra. Cada vez hay más capas en mis manos, tantas que ya no sé dónde ponerlas. Cada vez hay más capas en el suelo y apenas puedo moverme sin pisarlas.

Alrededor, miles de puertas.
Que se abren.
Que se cierran.
¿No podrían callarse un momento?
Si todo es silencio, si todo ha sido silencio.
Si todo ha sido duda.
Tengo miedo, mucho miedo de mirar detrás de una sóla de esas puertas.

viernes, 21 de agosto de 2009

Malditos clásicos





Con cosas así... casi da vergüenza escribir...

Despertarse es lo peor





No es oro todo lo que reluce

Ni todo el cine francés es Amelie, Bienvenidos al Norte o París, París.
Hace ya algunos años, Mathieu Kassovitch, el niño guapo y bueno de Amelie nos regaló esta película, una historia de tres amigos adolescentes que viven en los barrios bajos de una gran ciudad francesa.

¿Similitudes con nuestra Barrio? Claro, pero La Haine es mucho, mucho más cruda. Nuestros vecinos franceses se toman el cine social más en serio que nosotros. En los ojos de sus protagonistas no cabe la inocencia. La película se rodó en la jerga callejera de los barrios bajos, y en algunos lugares tuvo que ser subtitulada.




Ficha y crítica

Lo cuál me ha recordado a ésta otra película, La vie revée des anges, una historia de amistad y de cómo a veces los sueños... sueños son. Esta es, aparentemente, más agradable en su desarrollo que la anterior, pero sin renunciar a su condición europea. Ésto no es Disney. Ésto no es Hollywood. Esto es lo que hay.



Ficha

No son pelis de manta, cola y palomitas. Son pelis de reflexión y tertulia.
Que no todo van a ser superhéroes.
O si.

Carpe Iugulum

De la naturaleza el primer verde es oro,
su matiz más difícil de asir;
su más temprana hoja es flor,
pero por una hora tan sólo.
Luego la hoja en hoja queda.
Así se abate el Edén de tristeza,
así se sume en el día el amanecer.
Nada dorado puede permanecer.
Robert Frost



Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,

Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,

No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Luis de Góngora



En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

Garcilaso de la Vega

Y el ganador es...

Julio del año 2005. Apurábamos nuestro último mes en Albacete. Mi trabajo cómo ama de casa había concluido sin mucho éxito: Ella no había aprobado la oposición. Pero yo, al menos, había desarrollado ciertas habilidades culinarias (si por separado está bueno...)

En una revista de videojuegos regalaban quince días para probar uno on-line, uno sobre el que había leído y al que le tenía muchas ganas. En él, los jugadores encarnaban a una nueva generación de superhéroes que peleaba por mantener la ley y el orden en Paragon City... Cómo aficionado a los cómics de ese estilo... Tenía que probarlo...

Así que lo probé... Y aluciné... Ya no sólo por la ambientación, que per se me resultaba muy atractiva, si no por la posibilidad de jugar con otra gente y hacer misiones juntos, charlar y todo eso.
A veces, incluso interpretábamos y todo. Con aquello de que era una prueba gratuita, no resultaba difícil encontrar castellano-parlantes.

Pasó el período de prueba y muchos nos fuimos. Yo tenía por enmedio una (otra) mudanza y ni siquiera tenía claro dónde.
Al final acabé en mi ciudad natal. En cuanto pude, me puse internet. En cuanto pude, me compré el juego... El primer juego original que compré...

Nació "Rojo", el superhéroe comunista, experto en artes marciales con la capacidad de regenerar su salud sorprendentemente rápido. Luego vinieron otros, muchísimos, algunos duraron, otros no.
Poco a poco, fui haciendome algunos conocidos. Algunos duraron, otros no.

Entre ellos, estaba "Antártida". Ella lanzaba hielo y utilizaba artilugios de alta tecnología. Ambos trabajamos de noche. Ambos teníamos horarios de conexión parecidos. Ambos jugábamos fatal y moríamos cada dos por tres. Ambos no entendíamos a los demás cuándo hablaban de cosas técnicas del juego... Y llevábamos más tiempo jugando que muchos...

Poco a poco, acabamos entrando al juego por si estaba el otro, y las misiones conjuntas eran sustituidas por largas conversaciones.

Al final, ni eso. Intercambiamos msn y por ahí hablábamos.

Hasta que apareció el pack de boda... Te podías comprar trajes de novio, lanzar arroz...
Y una idea se sembró en mi cabeza...

Y, pese a ello, me costó, porque me costó. Pero...



Antar, ¿te quieres casar conmigo?



¡Creí que nunca me lo ibas a pedir!



Si sabes que me tienes rendida



¡Me ha dicho que sí!

Así que organizamos la boda... Citamos a la comunidad hispanoparlante en un lugar de encuentro habitual para un día y una hora concretas y...

No se presentó.

Literalmente, me quede virtualmente plantado en un altar virtual. Es lo que tiene haber optado por la vida ficticia...

Apareció unas dos o tres horas después... Casi todo el mundo se había ido, y los que quedábamos simulábamos una borrachera de esas de cuándo... de cuándo te dejan plantado en el altar.

Por circunstancias, no había podido entrar antes en el juego. Son cosas que a veces pasan.

Propusimos otro día, otra hora. Pedimos disculpas, volvimos a lanzar la invitación.
Y esta vez sí llegó a tiempo.

Y hubo boda.







Lo cuál me convirtió en uno de los jugadores más envidiados de la comunidad hispanoparlante.

Después de aquello seguimos jugando un tiempo, con nuestros altibajos, pero ya manteníamos el contacto por otros medios. Por circunstancias diversas, no siempre podíamos hablar en el juego.

De todo esto saqué fuerzas y llegué a creerme que en el mundo real también podría. Al fin y al cabo...

Tuve ocasión de conocer a la verdadera Antártida tiempo después. Realmente, no vivíamos lejos y había soñado que el gordo de lotería tocaba en mi pueblo. Le hice de guía. Desafortunadamente, no tocó. Afortunadamente, no compré.

Hace poco, el Doctor Cold Heart acabó con Rojo. O Rojo, que resultó ser un ciborg y no un mutante, se autodestruyó.

Antártida ahora tampoco está. Está en casa.

Pero algún día volverán a pelear juntos de nuevo... Dónde sea.


24 horas en el trabajo de tirón...

La tendresse
Jacques Brel (1929-1978)

Pour un peu de tendresse
Je donnerais les diamants
Que le diable caresse
Dans mes coffres d'argent
Pourquoi crois-tu la belle
Que les marins au port
Vident leurs escarcelles
Pour offrir des trésors
A de fausses princesses
Pour un peu de tendresse

Pour un peu de tendresse
Je changerais de visage
Je changerais d'ivresse
Je changerais de langage
Pourquoi crois-tu la belle
Qu'au sommet de leurs chants
Empereurs et ménestrels
Abandonnent souvent
Puissances et richesses
Pour un peu de tendresse

Pour un peu de tendresse
Je t'offrirais le temps
Qu'il reste de jeunesse
A l'été finissant
Pourquoi crois-tu la belle
Que monte ma chanson
Vers la claire dentelle
Qui danse sur ton front
Penché vers ma détresse
Pour un peu de tendresse.


jueves, 20 de agosto de 2009

El conceto, lo importante es el conceto



No es poético el nombre del blog, lo sé... Pero... Siempre he sido más conceptista que culterano, la verdad.

Todo el mundo sabe qué son zurraspas, todo el mundo ha tenido una, todo el mundo ha visto una.

Es más difícil definir el término "alma", por supuesto... sobre todo cuándo uno tiene poca o ninguna fe en algo que transcienda el mero plano material, pero no me refiero al cañón de una escopeta. Me refiero al... alma...
A eso que está ahí, al acumulo de pensamientos y sentimientos, de juicios y prejuicios que nos han ido conformando, a lo que somos y a lo que seremos en función de lo que fuimos.

Y ahí, a veces, hay manchas. A veces se ven, otras no. A veces se ven y otras se pueden disimular. Pero están ahí, para bien o para mal. Algunos no las habrán notado nunca, y otros no cesan de rascarse porque les molestan, pero ahí están.

Y, a veces, se te comen. A veces el alma más pura es sólo una pátina que oculta, una capa de pintura. A veces la pintura es más gruesa que la mancha...

A veces reluces, pero no. O ves relucir, pero no.
A veces ves las de otro, y no las tuyas.
A veces ves las tuyas, y no las de otro.

Pero a veces tienes zurraspas en el alma.
A veces los otros también tienen zurraspas en el alma.




¿La dirección del blog?
Más sencillo de explicar... Lo empecé cómo forma de desahogo hace algún tiempo, cuándo tenía otros pensamientos en la cabeza.
Muy a mi pesar, no me fue suficiente.

Saqué el nombre de uno de mis poetas preferidos.
Hubo un tiempo en que creí que no era un poeta de bragueta y revolcón.

PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda


miércoles, 19 de agosto de 2009

Pequeña serenata diurna

La canción de tu vida


Y la nave va.
Y el mundo gira.
Y la vida sigue igual.
No podemos volver atrás.
No podemos mirar hacia delante.
El futuro es este eterno presente que vamos rellenando día a día, momento a momento.

A veces no basta con reescribir la historia.
A veces no basta con cerrar los ojos.
A veces no basta con callar.
A veces no basta con esconderse.

¿Todavía quedan cosas que decir?
¿Todavía existimos?

Cuando se apagan las luces y el sueño no viene
y el sueño no viene
y se sabe que no va a venir.
¿Hay todavía un rincón, un pequeño resquicio, una pequeña duda?
¿Hay todavía un todavía?

¿Cuánto tarda el olvido en olvidar?
¿Cuánto tarda el tiempo en darse?
¿Cuántos errores quedan todavía por cometer?
¿Cuánto queda de todo, todavía?

martes, 18 de agosto de 2009

Becqueriana

Pues cómo últimamente me rondan por la cabeza muchísimos de los poemas de Bécquer, y me resulta imposible quedarme con uno...

Allá va esta página en que hay un buen montón.


Poemas de Bécquer

lunes, 17 de agosto de 2009

73 años sin Federico García Lorca

Romance Sonámbulo

Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

--Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
--Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
--Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
--Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
--Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal
herían la madrugada.

Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
--¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

De verdad, lo pasamos tan bien...

Y ésta vez, imágenes en acción.





La clase

So payaso

Insomneando, navengando, linkeando, he acabado en una página que llevaba a una página...

Y he encontrado ésto:

¿Qué chiste os ha hecho menos gracia?

Y, dado que se supone que tengo sentido del humor y todo eso... Y que casualmente me han regalado estos días un libro suyo (¡gracias!), pues lo comparto, ingente cantidad de seguidores.

Lo que me recuerda que un conocido, payaso de profesión, tuvo que dar una charla sobre la risa. Dijo que fue aburridísima.

Por cierto, el camino a la felicidad ¿será subir la dosis de soma?

Aunque yo soy más de los dos minutos de odio...



Aunque seguidor de Snowball... contradicciones que tiene uno.

domingo, 16 de agosto de 2009

Nine years ago...

Ainhoa,Aitana, todas las Albas, Aldara, Alfredo, los Alex y Alejandros, Alicia, Almudena, América, las Anas, Andrea, Ángela, Aroa, Aurora,las Beas, Belén y Belenitita, Bibi, Blanca, Carmen, Carlos, las Carolinas, Cecilio, Champi, por supuesto, Charo, Consue, Cristina, Dara, Desi, Diana, Dulce ¡cómo no!, Elenita, Eli, Elisa, Elisabeth, Estefa, Emi, Estivi, Fede, Fran, Fran, Hind, Gema, Iris, Isidro, Jorge, los Josés y Joses, los Juanan,los Juanjos, los Juanfran. Las Lauras, especialmente mis Lauras, Leli, Lola, Lorenas, Mar, Marías (de Algorfa, de Salamanca, de Orihuela, de Villena...) y Mariajos y Marialgos, Marina, Marta, Mercedes, los Migueles, Miriam, Mori, Nachos, Nieves, Noelia, las Nurias, Pablo y Pablito, los Pacos,las Palomas, Ramón, Raquel, Ricardo, que no falte, Roberto, las Rosas, Sabrina siempre, todas las Saras, las Susis y Susanas, Valentín, Tamara, Vane y Vanessa, Tania.

Y todos los que no concí, y aquellos cuyo nombre he olvidado, y los que empiezan, y los que acaban.

~NO TE DETENGAS~

Vas a llegar,
vas a ganar,
vas a gozar ese triunfo
que tanto te ha hecho esperar.
Y sentir que estás vivo
que vibras que tienes porvenir
No estás sólo
demuestra quién eres,
lo vas a lograr.

Quieres gritar
que puedes más,
que en este juego no vale la pena mirar hacia atrás,
descubrir
que el mensaje que buscas
está dentro de ti,
que eres libre
que eliges
que encuentras
que eres genial.

Vas a recobrar toda tu fuerza,
cuando des un paso hacia la luz,
vas a construir un firmamento
y la gran estrella serás tú.
Ya estás muy cerca,
no te detengas.

No creerás
qué va a pasar,
hasta que oigas mil voces alzadas
queriendo aclamar que ahora sí,
has probado que vales,
que eres especial,
que ya nada ni nadie en el mundo te va a hacer callar.

Quinta Esencia

viernes, 14 de agosto de 2009

Do the time warp

Me acababa de comprar una camiseta de Green Lantern y me la he puesto en el servicio del kebab dónde he intentado cenar. Vamos hacia el sitio, habíamos quedado allí. Saludamos a la gente de la organización y compramos el kit. ¡Falta la pistola de agua! Lo comento. Contestan que por cosas de la dirección del local y tal, pero que bueno... que se arreglará...

Va llegando gente. Un poco de todo. Hablas, haces chistes, y mucha gente se ríe. Casi podría mantener una conversación con cualquiera. Buen ambiente en general. Y gente, mucha más gente de la prevista.

La espera....



Nos ha cogido a nosotros porque éramos los que más pinta de gays teníamos...

Entramos los últimos, ya no hay apenas sillas, vamos a la pared del fondo y hacemos un apaño con algunas sillas, pero he pasado casi toda la peli de pie... De hecho, sólo me he sentado cuando han ido diciendo quién había visto la peli antes... Hemos sido muy pocos... Era la "noche de los principiantes" Es decir, de los "vírgenes", y han sido marcados como tales con una V escrita con pintalabios en la frente...

Luego, una presentación de los personajes, y qué debíamos decir cuándo su nombre apareciese en la pantalla.

Si aparecía el nombre del chico: "¡Capullo!"
Si aparecía el nombre de la chica: "¡Zorra!"
Si aparecia el doctor Scott: "¡Buuuhhh"!... aunque yo decía "¡Teletranspórtame!" ¡Y la gente se reía!
Si aparecía Eddie. "Shhhhh..."


¡Zorra!

Empieza la peli....



Y la diversión...




Era versión original subtitulada, lo que ha venido estupendamente para saber cuándo teníamos que decir cada cosa. De todas formas, los diálogos tampoco eran lo que se dice profundos... La peli iba siendo comentada por "Tarántula" que nos ha hecho reír muchas veces con sus chistes y comentarios ingeniosos.

Además, a la vez que se desarrollaba la película, la gente de la organización la ha ido representando, repitiendo poses y diálogos... Muy divertido y curioso.

Además, interactuábamos con la película... En la boda hemos tirado arroz... Cuando llovía... (para eso eran las pistolas de agua, suele hacerlo el público, pero lo ha hecho la gente de la organización)


¡A cubrirse!


Se ha ido desarrollando la peli... Hasta el momento apoteósico... ¡El Salto Temporal!
Que, a grandes rasgos y muchísima menor escala, ha sido algo parecido a ésto:



Más modesto, pero no por ello menos divertido.



Si has escuchado la canción y no has movido aunque sea un pie al ritmo... Tienes un problema.

Así, entre risas, bailes (espectacular y divertidísimo el rock and roll de Meat Loaf, Eddie (shhh)se ha ido desarrollando la película, con las diversas interactuaciones del público y las estupendas interpretaciones de los organizadores, se ha ido desarrollando la película.







Hasta que se acabó...

Así que de cabeza a por la camiseta de merchandising,a saludar y charlar con los amigos facebookeros que andaban por allí, a llamar capullo y zorra a todo el mundo, a comentar... ¡y cervecear, por supuesto!

En resumen: Una gratísima experiencia, una manera de divertirse sanamente diferente a lo habitual, una manera de liberar tensiones,de gritar, saltar y reír (la verdad sea dicha, me he pasado todo el tiempo echando en falta una risa en concreto, pero bueno... una lástima que no se haya inventado en este plano el salto temporal).



¡Y deseando enterarme de cuándo y dónde hay otro y otra vez!



Y mañana... Encuentro otaku...

jueves, 13 de agosto de 2009

Despedida y cierre

Te quiero.


Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;

Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;

Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;

Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.

Luis Cernuda




miércoles, 12 de agosto de 2009

Corazón de Rock and Roll

Tiempo antes, mi vecino había venido a casa con un par de cassettes para que le grabara uno en mi potente trasto de doble platina. Era un tal Loquillo. Yo prácticamente acababa de salir de Parchís y Enrique y Ana, cómo muy mucho Hombres G, aunque mis compañeros de clase ya iban por el Mad Mix 5. Uno o dos años atrás, mi compañero de mesa en EGB me mencionó a los Pet Shop Boys, exactamente la canción "Suburbia". Le dije que sí la conocía. No la había oído en mi vida. La primera cinta de música no infantil que escuché era de color rosa. Yo estaba sentado en el comedor, con un triste, pero funcional, reproductor verde en las rodillas. Escuchando música moderna, todo un rebelde. Mi generación, entre tanto, ya se emborrachaba en los pubs. Al primero que entre, cena de fin de curso de octavo. No habíamos hecho viaje y eso que nos hinchamos a vender fantasmas de cerámica. Por aquellos entonces, en aquellos sitios, había dónde sentarse. Nos sentamos y nos tomamos una fanta. Y jugamos al Altered Beast, que estaba por allí. Esa se me daba medio bien.

Pues allí estaba mi vecino, con sus dos cintas, y yo, amo supremo de la tecnología. Así que me puse a grabar. Y de paso, a escuchar.



Vaya. Me hice con una cinta y me lo grabé también. Por entonces mi radiocassete de doble platina ya estaba en mi cuarto. Ya empezaba a ser mi refugio. Y escuchaba esa canción, y cada vez me gustaba más. Luego aparecieron Los Rebeldes, y algún otro más, tal vez, pero sobre todo ellos dos. No mucho más tarde, me encontré con un antiguo compañero de colegio. Yo iba al instituto, el estudiaba diseño. Él vestía como Loquillo, y en algún momento, le solté una frase de una canción. Se interesó por mis gustos. Me dijo que ya hablaríamos sobre el tema.

Y no recuerdo ni cómo ni cuándo empecé a elegir el tipo de ropa que quería vestir y el tipo de pelo que quería llevar. Lo cuál a la larga fue una complicación porque mi pelo es altamente impeinable. Y aquellas cintas empezaron a pasar de mano en mano y de platina en platina, y fuimos siendo alguno más. Primos, amigos de toda la vida, todo eso, pero poco a poco, algunos más. Era la época en que los amigos empezaban a cambiar, y ya empezabas a no quedar para salir con quién habías quedado para jugar. Algunos duraron poco, otros duramos más.

Vivimos tiempos de cervezas, chicas y rockabilly... De cervezas y rockabilly. Y chicas, pero eso eran los demás. Y no todos. Aunque yo fui el primero que... No cabe ahora hablar aquí de eso. Había otros antes, Rocky, Paul, Boogie, Pipo, tal vez alguno más.Poco a poco, fuimos compartiendo espacios con ellos, y poco a poco, fuimos ganando nuestro propio espacio. Éramos los Road-Runners, aunque sólo nosotros lo sabíamos. Y los Dalton también lo sabían, claro, pero ellos tenían grupo de música y todo. Freddie, Little, Eddie, Silver, Pipo, que se quedó con nosotros, la gente de Alcoy con la que nos juntábamos, la gente de Castalla, Merchita, Gilbert, Ricky. Andrés y Tomás. Las chicas, las Tres Rockers Solitarias. Una de ellas vive por mi barrio, o por el barrio de mis padres. A veces la veo. Las chicas de Onil, que se liaban con mis amigos,y el que suscribe, el descargo cómico, el loco de los chistes, Crazy Tequila, luego evolucionado a Crazy Man Crazy... Todavía hay quién me lo llama. Todavía hago chistes de casi todo. Aunque a veces me duelan.

Tiempos de amistades eternas y borracheras. De hamburguesas y del bar Juanete. De polos de limón y cafés con sal. De ir a Balaguer a una concentración y a Dolores a ver a Robert Gordon. De Crazy Cavan, de Stray Cats. De amores imposibles y líos pasajeros. De acampadas en medio del monte, de historias de miedo al anochecer, de ver "Grease" y "The Wanderers". De rockers, rockabillys y teddy boys. De concursos de playback, de cazadoras universitarias y chupas de cuero. Y de ir a todos los pases de "La bamba" y "Gran bola de fuego".



Creo que también estaba matriculado en el instituto, pero no puedo precisarlo bien. Aunque sí recuerdo haberme leído dos o tres historias de la música rock. En especial, uno que había salido como coleccionable en "El País".

Lo estaba, porque al principio de esta historia, yo hacía tercero de BUP por libre. Vamos, estudiar sin ir a clase. Lo que había hecho otros años, pero esta vez estudiando. No tuve un paso glorioso por Bachillerato, no puedo estar orgulloso de eso. Pero ya en la pequeña introducción he omitido muchas cosas de la cuáles no estoy, todavía orgulloso. Y todavía las recuerdo.

Comíamos pipas en la puerta de una tienda de chucherías, no recuerdo quiénes éramos. Pasaba un grupo de chicas. Una castaña, ojos verdes, me miró, o nos miró, y algo me dijo "ésa". Siempre algo me ha dicho "ésa". Pero no siempre he hecho caso.

Poco después, coincidimos en la plaza principal del pueblo. Tiene un árbol grande, un pinsapo, que tiene un cerco de piedra donde la gente suele sentarse. Ellas estaban por allí. Intercambiamos alguna mirada. Pero poco más. Luego nos fuimos, o se fueron, o lo que fuera.

Pasó algo de tiempo, supongo que no mucho. Estábamos en un pub. Un amigo me dice que le acompañe, que unas chicas quieren ir con nosotros a la feria. Sabía lo que iba a pasar, yo iba para entretener a la otra mientras él intentaba camelarse a la una. La una años después acabó siendo mi vecina, pero, aparte, la otra era ella. Y estaba allí. Y ambos sabíamos por qué estábamos allí.

Nos fuimos a la feria. Dijeron de montarse en la noria, pero a ella le daba miedo, mucho miedo, parece ser que en su pueblo... uno pequeño de Córdoba, se había roto una hacía algún tiempo y había muerto gente o cosas así. Pero nos subimos. Dos y dos. Antes de acabar la primera vuelta los otros ya se estaban besando y nosotros no sabíamos dónde poner los ojos. Supongo que hablaríamos, o cualquier cosa. Bajamos. Luego nos fuimos viendo. Hablábamos poco, cuándo nos veíamos yo siempre iba un poco bebido y me avergonzaba. Pero íbamos hablando. Y yo sabía que me gustaba. "Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos". Por aquél entonces no leía poesía, leía a Stephen King. Aunque sí escribía cuentos y poemas. Llegué a ganar algún pequeño premio. Cómo de eso sí estoy orgulloso, sí lo escribo.

Un día, más bebido de la cuenta, cómo sabiamente me habían aconsejado mis amigos, la llamé cuando se disponía a volver a casa. Toque de queda estricto. Supongo que entre mucho tartamudeo y mucho ésto me supera, le pregunté si quería salir conmigo.

Ella sonrió. Le faltaba un diente, el agujero le quedaba precioso. Luego me enteré que había sido consecuencia de una paliza de su padre alcohólico. Me dijo que se lo pensaría, que la semana siguiente me lo diría y salió corriendo buscando refugio en sus amigas.

Yo no salí corriendo, pero casi, y volvi con paso tembloroso, a buscar refugio en mis amigos.


Pintaba paredes con mi padre. En el edificio inauguraban un supermercado, y con la compra, te regalaban una rosa. Así que con la tontería y el juego y los prejuicios y todo eso, fui con mi flagrante mono blanco a comprar una caja de preservativos y a conseguir mi flor.

Casualmente, ella vivía en mi propio barrio, unas cuantas calles más allá. Iba a clases de mecanografía los miércoles. Yo la esperé en una esquina, se sorprendió de verme. Le extendí la flor y le dije "Ésto es para ayudarte a pensártelo". Faltó música.

Y llegó el fin de semana. Los preservativos los repartí entre mis amigos. No sé si los llegaron a gastar.Y llegaron sus amigas... Y ella no llegaba. Estaba enferma, con fiebre, en cama. Estupendo, y yo compuesto y con un ataque de nervios.

El fin de semana siguiente, castigada. Su casa debería ser un cuartel o algo así.
Y el fin de semana siguiente... Apareció.
Estábamos en el pub habitual, donde ponían música de guitarra y de tanto en tanto rock and roll. Hablamos un poquito. Pusieron una lenta.
Pusieron esta lenta:



La tomé por la cintura... dos bamboleamos un poco por la pista, porque el pub estaba lleno y no había mucho donde moverse. Se acercó a mi oído y me susurró... "que sí que quiero salir contigo".

Y salío corriendo. Se le daba de un bien, parece ser.

Así que tenía novia.
Me duró un mes.
Esta parte no la recuerdo muy bien, pero viene a ser que cada uno salía con sus amigos, ellas iban a bailar tecno a un pub y nosotros rock and roll a otro. Diferencias insalvables. A veces nos veíamos, a veces no. Creo que ni llegamos a besarnos. Muy raro todo, muy raro.
Un día me dijo que cortaba. Fue en una discoteca. En las discotecas de pueblo, ponían de todo tipo de música. Sí, me estoy justificando.

Pues cortó. Yo me quedé allí, pasmado y tranquilo. Sabía que volvería.

Pasó algo de tiempo, no sé cuánto, seis o siete meses tal vez. Sé que se acercaban fiestas, que era septiembre. Y yo pasaba de curso y todo, había mucho que celebrar. Que reapareció por nuestro entorno, por una amiga común o algo así. Y nosotros ya teníamos coche. Un glorioso R5 al cuál poníamos la inconmensurable cantidad de 500 pesetas de gasolina entre todos para irnos a otros pueblos de fiesta.
Me montaron una encerrona. Alguien ya me había comentado el tema. Se las apañaron para que acabasemos los juntos en el asiento de atrás para hacer un recorrido que podríamos haber hecho perfectamente a pie y se les ocurrió poner una baladita de Stray Cats cuyo nombre no recuerdo... pero que de cuya letra en inglés habíamos hablado poco antes uno de los presentes y yo. Con palabras y música muy lentas y bonitas, venía a contar como uno de los miembros de una pareja rota pedía otra oportunidad y el otro miembro se negaba a dársela.

Así que me tuve que reír. Me resultó divertido. Y no pasó nada ese día.

Poco después actuaba Loquillo. Y nosotros éramos los rockers oficiales del pueblo... Había que ir. Y vinieron ellas, claro está. Éstábamos en primera fila. Ella estaba sentada en la valla. Sonreía. La cogí por la cintura en algún momento, no hizo falta decir más. Vimos el concierto, la acompañé a casa.
Bueno... a la esquina de seguridad a prueba de madres y ventanas. Nos miramos. Nos besamos. Mi primer beso de amor. Solo labio contra labio. La felicidad embargaba mi cuerpo.

Tanto, que pude evitar soltar una risa. Yo y las situaciones románticas, las situaciones románticas y yo...

Ella se enfadó, creyendo que me reía de ella, y se fue corriendo. Cómo si no.

A la semana siguiente no me dejo besarla. Pero luego ya si.
Esta vez fue más normal. Nos veíamos a menudo, íbamos a tomar algo, íbamos algunas parejas a veces, otras todos los amigos. Yo la acompañaba a casa y me volvía con los amigos... Ella siempre dijo que le parecía bien. El único problema, media hora de camino a su casa, media hora de camino al pub de referencia, que estaba en las afueras. Bueno, el camino a su casa siempre tardaba más de media hora.
Y era feliz. Esa pequeña felicidad de los pobres, esa bonita felicidad de quién no necesita nada más.

Yo estudiaba, de hecho, incluso me iban bien los estudios. Llegué a creer que tendria un futuro y todo. Ella trabajaba. Vivía con su madre y su hermano, huyendo del padre que se había quedado allá, en el pueblo.

Poco más que contar. Vida sencilla de gente sencilla. Pero el mundo seguía girando ahí fuera, y cierta mano invisible que iba a tomar las riendas del planeta en breve, si de hecho no las estaba tomando ya, agitó uno de sus dedos.

Ella se quedó sin empleo. De la noche a la mañana. O con quince días de preaviso. Pero sin empleo. Aguantó un tiempo así, mientras buscaba otras cosas, pero nada pudo hacer. La crisis ya se había inventado entonces. Así que se tuvo que ir a un pueblo, no sñe si al suyo o al de algún familiar. Nos despedimos. Nos llamábamos, nos escribíamos, nos decíamos lo de "cuelga tú" y todo eso. Vino un par de veces. De hecho, un día me dio la corazonada dq que iba a venir ese fin de semana y le compré un regalo.
Nota: Hacerle más caso a las corazonadas, que me suelen funcionar.

Vino en plan ¡Sorpresa! y la sorpresa se la di yo... una esclava, creo que era. Ella se medio mosqueó con las amigas, pero nadie me había dicho nada. Pero explícalo...

Una vez, vino más seria que de costumbre, yo estaba en unos recreativos, cómo no, con la única máquina que se me daba bien... una de preguntas y respuestas. Me dijo que teníamos que hablar. Yo no conocía todavía los horrores de esa expresión y contesté que de acuerdo. Fuimos a una cafetería cercana y tomamos una coca cola.

Otra nota mental: ¿Por qué me acuerdo de esos detalles?

Me dijo que lo teníamos que dejar, que cada vez iba a venir menos, si podía venir, y que llegaría el día en que no vendría más.
Le dije que de acuerdo, que lo comprendía. Con voz tranquila.
¿No te enfadas conmigo? me preguntaba. No, no es culpa tuya.
La acompañé a casa. Un último beso. Un último abrazo.
Volví a casa. En mi cabeza, un señor al que no conocía de nada me había jodido la vida por que él no ganaba suficiente dinero. En mi corazón se iba cerrando un puño, tiñendo de rojo una bandera.



Pero eso fue luego. Aquel día volví a casa taciturno, cabizbajo, me encerré en mi cuarto, mi refugio. Cogí la única foto que teníamos juntos y la miré un rato. Pero no pude recrearme mucho en la tristeza. Mi madre me avisó. Al teléfono un amigo, estaba muy raro. Al día siguiente lo tuve que acompañar al hospital. Tenía un brote psicótico.


A modo de epílogo:

Espero no haberme ensalzado mucho. Ha quedado muy épico, pero hay abajo hay mucha mierda oculta, y mucha todavía me pesa.

Ella volvió alguna vez, pero claro, ya no fue lo mismo. Además, creo que hubo algún tipo de mal rollo entre las amigas. Casualmente, años después pintamos la casa dónde vivían su madre y su hermano. Por una conocida común supe, mucho tiempo después, que se había casado, y que tenía hijos. Espero que sea feliz.

Y mi amigo se recuperó estupendamente y también está casado y con hijos, es feliz y todo eso.

Los Road-Runners... crecimos... Trabajos, estudios, parejas, otras músicas, otras gentes, alguna mala historia...

Pero han pasado veinte años y seguimos siendo amigos.


martes, 11 de agosto de 2009

¡Frikis del mundo, uníos!

La ingente cantidad de seguidores que arrastra este blog está de enhorabuena.
Me llena de orgullo y satisfacción notificarles que el próximo jueves 13 de agosto, tendrá lugar en Alicante ni más ni menos que la proyección de LA película friki...
Ni más ni menos que

¡The Rocky Horror Picture Show!

Así que id preprarando vuestros trajes de drag-queen, vuestras pistolas de agua y vuestros periódicos y...

¡A hacer el salto temporal!


info aquí

Y para ir practicando....

Introducción sinfónica

Dragonlance





Hubo un tiempo que tuve un amigo. Eran tiempos de cambio, de irse descubriendo, de ir dejando atrás a los niños que éramos, de buscar puertas y salidas. Yo lo admiraba. Era fuerte, y seguro de sí mismo. Él me admiraba, yo era inteligente, y podía entender qué había en su alma. Fuimos una vez al cine. Vimos "El destripador de New York". Italiana. Espantosa.

Éramos sólo niños que aprendíamos a ser mayores.
Él me prestó unos libros. Eran libros de aventuras, libros para jóvenes. Libros que hablaban de héroes y princesas, de magos y dragones.

Muchos de esos libros todavía pueblan mi cabecera, y me acompañan. Muchos de mis buenos ratos vienen de todo aquello.

El tiempo pasó, crecimos. Antes o después, nos fuimos separando, nos fuimos distanciando. Buscamos nuestro propio camino. Pero cada vez que nos veíamos era una fiesta. Hablábamos, nos contábamos, nos reíamos. No recordábamos, porque seguíamos siendo amigos.

La última vez que lo vi, fue una nochevieja. Él estaba borracho junto a un árbol. Yo tampoco iba muy sereno... Nos dijimos cuán bebidos íbamos y poco más.

Tiempo después, quién sabe cuánto, decidió acabar con su vida. Tendría, tendríamos, poquísimo más de veinte años. Me lo dijo mi madre, siempre se le dio fatal dar las malas noticias. Al principio callé, me fui a mi cuarto, siempre mi refugio. Luego salí a llorar al balcón. Avise a algún conocido común. Uno de ellos, un antiguo maestro, me dijo que cada persona era libre de desconectar su vida cuándo quisiera.

Me armé de fuerzas y fui a su casa, al velatorio. Los tanatorios no habían llegado todavía. Era ya tarde y ya sólo estaba despierto su hermano. Casi todo el mundo se había ido. Fue la primera vez que vi un cadáver.
No había paz en su rostro. No parecía estar durmiendo. Estaba muerto.

A su lado, un crucifijo alto. Pero yo por entonces ya había perdido la fe. El día que la perdí, de hecho, mi amigo estaba enfrente de mí. Pero esa es otra historia.
Él no estaba en ningún sitio mejor. Simple y llanamente, ya no estaba. Sólo estaba su cuerpo, tendido en un ataúd frente a mí, las manos juntas, los ojos cerrados. No sonreía. Estaba muerto.
Y yo estaba allí, y su hermano. Sus padres se habían ido a descansar un rato. Supongo que no dormirían.

Yo sí dormí. Al día siguiente, la misa. Muy concurrida. Era conocido, y querido. Muchos antiguos compañeros de clase, y los dos fuimos repetidores compulsivos. A esa había que entrar. El sacerdote dijo que a veces ocurrían accidentes como ése. Recuerdo que eso me sentó mal.

Fueron al cementerio. Yo no fui. De hecho, nunca he visitado su tumba. De niño iba con mi madre a la de mi abuelo, pero después no he frecuentado mucho el cementerio. Alguna vez.

Recuerdo que fui a los recreativos. Ya por entonces, parece ser, me intentaba evadir delante de una pantalla. Aunque las recreativas siempre se me dieron muy, muy mal. Pero pusieron una canción, una canción que nos gustaba a los dos. Y no pude evitar llorar otra vez. La música me suele remover el alma, incluso la canción más chorra.

Pasó el tiempo, mi vida siguió. Llegaron los juegos de rol, los juegos de tablero. Sé que a él le hubieran gustado. De hecho, en su casa se quedaron algunos de mis libros de "Elige tu propia aventura". En mi casa se quedó su "Novelas ilustradas de Arthur Conan Doyle".
Recuerdo haberle dicho que sabía que existía un libro-juego en el que el lector podía revivir las aventuras de Raistlin. Pero nunca encontré ese libro-juego. Creo que no llegué a prestarle "Prisioneros de Pax Tharkas".

Ha pasado el tiempo. Mi vida siguió. La mayoría del tiempo ni me acuerdo de él. Pero acabo de leer la versión en cómic de una de las novelas que me prestó, y me ha venido a la cabeza.

Nadie sabe por qué lo hizo. Sólo que lo hizo. Aparentemente, comentaban, estaba tan bien. Tenía novia y todo.

Muchísimo tiempo después, me encontré con su madre. Me dijo que algún día pasara por su casa. No entendí muy bien por qué. No pasé. A su padre y a su hermano, que estudiaba filología inglesa (me tuve que leer a toda prisa "El señor de las moscas" para devolvérselo, que lo necesitaba), no los reconocería. Vendieron la tienda que regentaban. Era de deportes, tampoco es que las frecuente demasiado.

Y ya está. No hay final feliz. Ni siquiera final. Mi vida sigue y no sé cuándo me volverá a la cabeza que hubo un tiempo que tuve un amigo.

Por cierto, la canción era ésta:

lunes, 10 de agosto de 2009

Errores


"En aquel planeta había una flor que creyeron única. La cuidaron, la mimaron, la llenaron de elogios por considerarla especial.
Ella sabía que no era así. Que era una más, que en otros planetas había muchísimas como ella y que ni siquiera hablaba francés. Pero tanto cariño recibido hizo que no se atreviera a desvelar su verdad. Bien al contrario, durante mucho tiempo llegó a creérselo y a actuar como tal. Pero su esfuerzo era inútil. La naturaleza es poderosa y, a la hora de la verdad, cuando sus admiradores esperaban que la flor les tradujera el francés que necesitaban o les perfumara para alguna ocasión especial, ella se había marchitado: el sobreesfuerzo la había secado, no era más que un cardo (y pinchaba)".