martes, 27 de julio de 2010

Vaya

Lo que fue, lo que será
paseando entre lamentos
se destrozan mutuamente
con espúreos errores
y momentos que eternizan
la agonía de los instantes.

Entre las manos, el aire
corriendo infinito hacia la nada
como el polvo de dónde viene,
como el polvo a dónde va.

A veces derrota el silencio un instante,
el vago cemento de una falsa escultura,
la certera huida de la noche perenne...

Pero los ventanales solo son espejos
y las puertas ni se entrecortan ni se entretienen
a golpes como las calles olvidadas.

Y ya que amanece cada vez más temprano,
y el ansia ya no camina, qué duro es entregarse
al sueño irreparable de los tiempos
donde navegar y romperse desde nunca.

viernes, 23 de julio de 2010

Primera

Enrojenciendo la vida en el catastro de azahares,
se redime la silente brusquedad con vaticinios azabache
que adhieren ferales hormigueros a los andenes neblinosos
por donde corrieron flamígeros vilipendios tan supcetibles.

Ninguneando como las veleidades más obstructivas,
férreo micromomento desvanecido en los futuribles,
fusiles despavoridos se autoinculcan inexperiencias.

Cotorras confusas en hábitos precisos,
se agolpan bajo catacumbas alienígenas
y surgen formas de rasguños sobre el asfalto.
Todo es azul profundo, amarillo piedra.

jueves, 22 de julio de 2010

Fareros

Aquí, como si fuera una ucronía,
abduciendo instantes.
Sí.
Sí.

Queda ya lejos el granizo.
Pura piedra ante los huecos.
Claro.
Claro.

Arropando el destino inconcluso,
vidrio ennegrecido ante el silencio.
Ya.
Ya.

En qué momento,
por qué ahora.
Pero.
Pero.

Suena el fuego sin palabras,
juegos de hogaño iridiscentes.
Y no.
Y no.

martes, 20 de julio de 2010

Back in black

Piedra sobre piedra,
esta ventana se está rompiendo,
ya apenas entra cielo o madrugada.

Las puertas se rasgan,
viene el hielo atronador,
buscando humaredas y presagios.

Cancelando brillos entre esparto,
acumulando vicisitudes e improperios,
caminos prietos de amarillo y nada.

Un día, un segundo, una duda,
remendando futuros, justificando agujas,
bailar en un mar de otros antaños.

Hogar donde doblan las campanas,
ramas secas y viento insolvente,
retumbar de horas muertas galopando.

Líneas a mil partes, veranos sutiles
para invadir desiertos y virtudes,
calma entre tormentas, truenos atardeciendo.