jueves, 29 de abril de 2010

La isla de las almas perdidas

Y volver a caminar,
entretejer basuras con las piedras,
llorar a carne viva,
atardecer entre las manos.

Robar el dolor de aceras profundas,
sangrar bilis entre los labios.
Morir cotidianamente entre las cejas
y despegar desde mares sin estrellas.

Entregar a arcontes primordiales
el futuro envuelto en tres mil sudarios
sin ápice de roturas ni esquejes,
como el manto de hiel que ensombrece las mayúsculas.

Y resistir el embate feroz de los murciélagos
rasgando con infinita piedad los vendajes
que amurallan sin sentido fantasmas y derribos
hacia el verdor incandescente de un momento antes.

miércoles, 28 de abril de 2010

Gusiluz

Se rompe el silencio de repente
y las madrugadas ya traen el sol.
Se unen en un hiato los tréboles,
canta el ojo por orillas olvidadas.

Dentro, las nubes tan perennes,
los otros cadáveres que todavía se reclaman,
las manos turbias que aún arañan,
los silencios que siguen destrozando,
las esperas inútiles y las heridas abiertas.

Puntos suspensivos e interrogantes:
Puertas que baten con el estruendo de los años,
trenes que no llevan a esta parte.


martes, 27 de abril de 2010

Solo quiero caminar

Vacías las montañas de repente,
amarillas, azules, torrenciales,
se desbordan casi ausentes los velos,
urge el dolor a la mañana.
Hay un fuego y una pequeña escoba
que se afanan en recoger motas primordiales
o refundar un pasillo inundado de vileza
mano a mano con la frugal noticia
de un atardecer en otros soles
que arrastran hacia el núcleo desnudo
su más terrible miseria.

Nevar ambulante de lo profano,
se divide la piedra en llaga y cieno,
lado penetrante en ataúd discorde,
retruécano indivisible entre codo y codo,
retazo añil o luminoso de la inmisericordia
que transgrede con truenos de certeza
los ávido señoríos del dulce olor a tierra quemada
o a torrezno edulcorado por cuándos y dóndes.


lunes, 26 de abril de 2010

Recuentos

La tortuosidad difusa,
el viento bien pegado.

Explota.

Quita el miedo.
Quita el llanto.

Miente.

No hay mano o pie aquí,
ni triunfo ni derrota.

Sobra.

Hiede el silencio,
rasga lo sagrado.

Muere.

A esta forma llama torre,
en esta torre anida el águila.

Sangra.

sábado, 24 de abril de 2010

Bosques primigenios

Nubes corredizas se posan
en las cavernas que no exlaman
su viento adrede entre los campos.

Un pastel de gloria atenaza
los reflejos inexactos de la noche
y el trigo impuro entre sus labios.

Llama el ojo a otro pálpito
y caminan entre las fugaces sombras
que acuden sin vello a la mañana.

Podría decirse que de todo
rasguea acordes con ínfulas baratarias
el córvido espacio de la victoria pírrica.

Pero en un segundo presente, u otro suspiro,
piden odio y palabra lo esquivo de la hoguera,
el confuso mar de lo irresoluto como medio.

Pérdidas infames o inconsecuentes,
cúspide eterna del fuego o de la nada,
se sueñan los montes un paraíso que no existe.

jueves, 22 de abril de 2010

Paz de cementerio

Y en las falsas nubes se dibuja
una línea entre baldones,
un volver a profundas súplicas,
una losa de huesos y prejuicios,
un rasguño que supura olvidos primigenios
y cósmicas veleidades.

No puede haber más amaneceres como este,
la flácida mano del destino
espolvoreando aquellas semillas de hace tiempo,
y la vuelta de tuerca al laberinto
repitiendo bucles y destierros.

Como en un sedán dorado, las miradas
vuelven sin querer a dónde no fueron
y tiemblan doloridas en lejanos trenes
que madrugaban sobre un foso de colores
o las callejuelas sin nombre de un barrio vacío.

No, no puede seguir esta costumbre
de ajar con mares lo cotidiano
como si de una lánguida batalla se tratase
o la derrotada voz hecha trazos por un segundo.

martes, 20 de abril de 2010

Con la frente marchita

Las nubes de mas acá de otoño
sonríen amarilleando su destino funesto:
La firme evasión de las mariposas
que repartían versos azules entre tinieblas.

Y del camino a esta parte, tan confuso,
el hedor constante y la presencia
persistente de la primera sangre,
de los últimos puñales,
las rastreras pisadas que sisean
como una nube de ladrillos a la espalda
repiqueteando el pensamiento con sus pliegues
reconstruidos sobre el blanco miedo a lo sórdido
que se adivina ferviente en su mortal agujero
desde donde entona canciones pírricas
y destroza los estrechos canalones fétidos
en que yacen ahumados todos los presagios.

domingo, 18 de abril de 2010

Tres tristes tigres

Combando el juego hasta el infinito,
haciendo que el dolor parezca otra cosa,
metarfoseando en parábolas lágrimas y gritos,
rodando mil veces cuesta abajo, sin mañana,
sin más tiempo que éste préstamo que se roba cada día,
con la vana esperanza de que algo...
de que algo...

Pero nada.

sábado, 17 de abril de 2010

Ares triunfante

Pero cada palabra sangra
cada vez que se piensa
y cada mirada es una utopía
ya condenada.

Cada sonrisa una traición,
cada promesa una mentira,
cada caricia sólo un juego,
cada lágrima pura ficción.

Cada "hola" es un "hasta nunca",
cada mañana es ya ayer,
cada abrazo es una farsa,
cada encuentro una ruptura.

Cada lugar es otro sitio,
cada yo es mi otro yo,
cada regalo tiene espinas,
cada culpa es imperdonable,
cada camino es al vacío,
cada paso oculta algo,
cada amanecer es ya un eclipse,
cada futuro es perecedero,
cada eternidad es un instante,
cada mano un puñetazo,
cada ahora es ya hace tiempo,
cada todo es una partícula,
cada pedazo, polvo.

viernes, 16 de abril de 2010

Out

Irredento,
irremisible,
inviable,
imposible,
impávido,
inútil.

Increíble,
intramuros,
infalible,
insalubre,
invencible,
infantiloide.

Insensible,
inimaginable,
impasible,
infinito,
inquebrantable,
irrepetible,
indeseado,
imbécil.

jueves, 15 de abril de 2010

Otro día en el paraíso

Harto del odio, del sinsentido,
de la lógica ilógica de lo cotidiano,
de la inherente tristeza del día a día,
de la desesperanza sistemática.

Harto de las certezas y las dudas,
las medias verdades y las puras mentiras,
del tiempo que no pasa, de la distancia que no cura,
de la noche que no empieza y los días que se vuelan,
de los espejos que me miran y me devuelven la mirada,
de los malentendidos y las obviedades,
de los errores que se acumulan,
de los aciertos que se diluyen,
de las repeticiones y de las metáforas,
de lo fantástico y lo trágico,
de todo lo efímero y sus alrededores,
de las sombras que son eclipses,
de los eclipses que son negrura,
de la negrura que es vacío,
del vacío irreemplazable y la presencia que no llena
de la nada que me rodea, de lo nadie que soy,
de esta absurda permanencia a fuerza de miedo y costumbre,
de tanto silencio estúpido y tanta tontería a pleno sol,
de saber y de no saber saber,
de vivir y no vivir vivir,
de ser y no ser ser.

miércoles, 14 de abril de 2010

Y, por supuesto...



Azul

Destripando argénteos muros frente a la orilla
incólume de las más profundas cordilleras,
acumulando sin embargo esas otras austeridades
en esos forúnculos espesos que todavía reclaman
los vaivenes escarlata de un traspiés tuberculoso.

Contra la destronada calavera de una nube dorada
el camino se esfuma y se entretiene entre añublos
o tristes harapos de púgiles desenmascarados
ante las tres trágicas orillas del invierno ausente.
Pétreo, con retruécanos insensatos o impasibles perezas,
rasgando con brevísimos tímpanos las solapas
imbéciles de lo cotidiano tan lustroso, tan retrógrado.

Sonreír al viento inalcanzable, a la fragua y la simiente.
Canto infernal de océanos perennes, llave sin fondos de ratas y naves.

lunes, 12 de abril de 2010

Marathon Man

Milésimas después, el rostro firme
analiza con gesto solemne las ausencias
y traza un mapa de tragedias y futuros
al que escapa el juego por milímetros.

Horas después, se perfila marrón un fantasma
en la sombra acogedora de lo límpido,
aquella vida ingeniosa de mares multicolor
donde pasearse extraño e inconstante
como un ladrido silenciado a media noche.

Años después, las últimas cavernas
siguen desplomándose sobre ríos angostos
y cielos amarillos anuncian la llegada del crepúsculo
que ronronea con vestigios de lanzas
hiriendo las últimas motas de vida y aire.

domingo, 11 de abril de 2010

Minos

Tan ínfimo, tan oculto,
el silencio transgresor de vientres y escaleras,
el regreso en círculos al dorado más profundo,
el arrebato incognoscible de la nada sempiterna.

Tan sublime, tan presente
el galope vacío de los ferrocarriles,
los ojos sin nombre ni tragedia,
los mágicos árboles de otras horcas,
la llamada impertinente de los siglos,
las lágrimas ignotas de los hados,
las piedras invocadas de los truenos,
el paso pestilente de lo cotidiano
el ser eterno de la huida,
el pretérito horror de los presagios,
el martillo continuo del abismo,
la mano amiga de la nada.

viernes, 9 de abril de 2010

Laberinto

Todo paréntesis bajo las nubes,
todo segundo más y hielo.
Mira el horror desde montes lejanos,
espera la guadaña segura entre las manos.

No amaina el huracán entre las flores
ni canta el pájaro en primavera,
todo es desierto de pieles y quebrantos,
todo hiel última en los labios
y equívocos sobre caballitos de madera
chapotean todavía entre cristales rotos.

La certezas incólumes pasean ufanas
sobre vientos que no revuelven más que basura
y rabias que no agreden más que a farolas.

Desde el más lejano anochecer, llama otra tristeza
u otro nombre que no se conoce
y desgrana de nuevo las escasas gotas
que aún riegan otras presencias menos claras.
No hay otro sueño posible, entonces,
que huir de la mayor de las claridades,
el alma apretada contra la pared,
la vida derramándose en las alcantarillas,
el tiempo enjuagándose los ojos
con restos de cieno y esperanzas.

jueves, 8 de abril de 2010

Diciembre fue mejor

Cuando el dolor del alma
o como se llame este montón
de prejuicios y mentiras
que se encabrita aquí dentro,
estalla, revienta, explota
y duele el cuerpo, el insaciable,
el que busca más de lo que tiene,
el que siempre necesita,
el que se encorva ufano
y se afana en coleccionar fracasos,
el que barrita encabritado las ausencias
y no quiere ver su mayor ceguera.

Cuando noche y día no saben
si empezar o terminar
porque saben que no importan,
y el sueño, ese gran caprichoso,
aterroriza con idas y venidas el instante
y la memoria traicionera viaja
en busca de tesoros y miserias.

Cuando más allá de todo se desvelan
esos silencios y esos misterios
que oxidan lo dorado con garras impasibles
y fagocitan uno a uno los restos de todos los naufragios.

Es momento de...
De...
A la mierda.



miércoles, 7 de abril de 2010

La diaria

Y se suceden las madrugadas
que desde helados continentes traen desasosiego
o la certeza de que el miedo no es una aventura
o tres mil explosiones por siglo
en la cordillera más extraña.

Son siempre las mismas,
entrecerrar o entretejer,
musitar un millón de nadas
o restregar un camino por los codos
ya tensados como un junco.

Hoy habría sido saltarse la mediana,
o embarrancar en un lodazal enajenado,
pero mañana el abismo otra vez desde lo alto
miraría irreverente los suspiros
y seguiría jugando su voz cantante
al último fiordo en que la calma es polvo
y los tanques todavía orbitan
hacia el cercano ayer en que perduraban
como un seguro arrebato de injusticia.


.

martes, 6 de abril de 2010

Úlitmos viajes a Tanelorn

Como un eclipse que rasga
con su fiel sentido el oleaje,
o un híbrido incestuoso que salpique
las próximas estaciones,
así resuena en otros alientos
el trotar flotante de los díscolos
que desgranan su luz y su aureola,
inútiles, amarillos, lechosos,
de particular extrañeza en tiempos ajenos
o de brutal presencia cotidiana.

Y en aquel otro lado
el fuego, o el río, la impavidez
que se halla desde el muro
y canturrea petulante vanos quehaceres,
como si un segundo no bastase
en el mar intrínseco de los adioses.

lunes, 5 de abril de 2010

Desde lo más profundo de mi ser simiesco

 Noches de laúdano y figuras
que renquean suaves en su crepúsculo
con la solicitud informe de la mentira.

Retablos que componen turbias escenas,
cadáveres amargos acumulándose una y otra vez
sobre la límpida lámina de lo prístino...

O del error enmarcado en juego letal
para las mariposas que parlotean entre azoteas dispersas,
la firme guadaña clavada en el instante exacto,
la piedra erguida justo delante.

Susurrante, ahora, el orbe
analiza los requiebros y lanza
silencioso piedritas amarillas.

En el fondo de la caverna,
sombras como siempre.



 

sábado, 3 de abril de 2010

Tiempos muertos

Sin tierra ni camino,
sin hogar a la llegada,
sin más allá que aquí mismo.
Sin silencio.
Sin estruendo.
Sin palabras.

Solo anocheciendo
una y otra vez.
Solo volviendo
una y otra vez.
Si ir a todos sitios,
sin esperar en ninguna parte.
Sin vivir.
Sin morir.
Solo estando
sin ser.
Solo aquí,
solo ahora.

Solo basura.
Solo sangre.
Solo nada.


viernes, 2 de abril de 2010

Harvey Dent no se presentará a la reelección

Esquirlas de fogueo, no hay calma posible.
En otros caminos se pierde la aurora
y la huida se hace tan eterna como un día cualquiera,
con la esperanza sin retorno de amanecer en cualquier montaña.

Han explotado una por una las banderas
y no quedan ni vientos ni colores
de la marchita espera que sesteaba
distante y sangrando como un huracán
que recorriese sin hallazgos sus oleajes.

Futuros en desguace, tramas rotas
que bendicen con miseria innata los dolores demasiado tardíos.
Un tornado de almas en pena barre la ciudad,
en una vieja barraca, sueña el nadie con la nada.