viernes, 30 de octubre de 2009

Suddenly


No me levanté de la silla
casi por pereza.
Apenas había alzado los ojos
una, dos veces
para cerrarlos fuerte,
bien fuerte
y que no dolieran.

Un día, uno como otro,
me llamó el silencio,
me tomó de la mano.
Dimos un paseo,
siquiera hablamos.

Ahora estoy
otra vez en a la silla
pero el tablero
está otra vez dispuesto.
Peones, caballos, alfiles, reina.

¿Ha pasado suficiente tiempo?
Miro
tímido
al otro lado de la mesa.
Sí, hay un rostro,
mi contrincante, tal vez
no mi enemigo.
Quién me amenaza
sigo siendo yo mismo.

No ha pasado lo suficiente.
Mirad abajo,
todavía quedan trozos
del otro tablero.
Todo esquirlas diminutas
que no se ven, pero se clavan
a cada movimiento.
Todavía quedan piezas por el suelo.
Y no sé si soy yo
o ése yo que es mi enemigo
quién ha de barrer todo ésto.

Mirad abajo,
no puedo jugar otra partida,
no puedo.

Levanto una mano.
Conozco ésto.
Un peón,
un café.
Un caballo,
el teatro.
Mi rey queda expuesto
en la puerta de un cine,
amenazo la dama
en un concierto.
Conozco el juego.

Sé cómo acaba.
Con miles de piezas
desparramadas,
yo, en la silla,
la mirada fija.
No quiero verlo.

La última vez que jugué
fui una pérdida de tiempo.
Solo aprendí
que yo siempre pierdo.

Pero estoy moviendo.
Delante ya hay
un rostro, una figura,
unas manos.

Yo no quiero seguir.
Sé cómo acaba.
Yo siempre pierdo.
Y nunca olvido
y menos perdono
cuando se trata de mí
o de ese otro yo
que es mi enemigo.

Aquí un alfil
dentro de un disco.
Esta torre
transporta un gesto.

Amenazo al rey,
expongo la dama.
No quiero jugar.
Pero juego.

Mi enemigo me dice
que mire al suelo.
Sangran mis pies
por el otro tablero.
Me quiero levantar,
pero no puedo.

Ahí delante,
una voz, unos ojos,
una sonrisa.

Negro, blanco.
Blanco, negro.
Enroque esta tarde,
mañana, jaque.

No sé de qué manera
se desarrollará todo.
Aquí moví ya antes.
Aquí no me atreví.
Aquí podría.
Mucho, mucho cuidado
con el borde,
dónde pongo las piezas,
dónde puedo apoyarme
y dónde no debo.

Perdí, perdí yo sólo.
Tiré las piezas,
rompí el tablero.
Pero esta vez...
Tal vez...
Si voy con cuidado,
con cuidado extemo,
si voy sin miedo...
Tal vez
pierda de nuevo...
Pero...
Yo que sé...
Ya veremos.

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