martes, 13 de octubre de 2009

Ars poética

No hay mar suficiente
que arrastre este atardecer
aquel montón de viejos cadáveres
ahora que son solo huesos.
Fueron un día poderosos
árboles, guerreros, refugios.
Vivieron para dar vida,
murieron para no dar muerte
y ahora no hay océano
que pueda derrotarlos, no hay
llama que los apague, ni viento
que los lleve, siquiera un ápice
más allá de ese surco de la memoria
enque están arraigados.
Si no fuere porque son lo que son
serían casi héroes,
pero no son más que un montón
de viejos cadáveres
que no hay río que se lleve.

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