
Trazos de otros días,
de tantas ausencias
acumulados en los rincones
como losas imparables.
En las comparaciones,
las derrotas implacables
se aúnan a los tiempos
en que lo posible era
tan todavía improbable.
Y si ya queda lo fáctico,
se ha de saber si lo imborrable
es solo el viento que acerca
o acaso nada más, o nada menos,
otro llanto inabarcable.
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