jueves, 1 de octubre de 2009

Counter-attack at the signals bay

Una vez estuvo habitado, hace tiempo, tanto
que ya ni recuerda quién lo habitaba.
Las cortinas ocultan el polvo, el polvo,
los muebles, los muebles, el suelo,
el suelo, el sótano.

Allí, un montón de huesos
danzan una cumbia con son violento
y desde otro pedazo de cielo
sonríe la estulticia con puños de fuego.

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