sábado, 5 de septiembre de 2009

En el bosque

No cerrar los ojos, no pedir socorro.
Éstas calles son también antiguas, aquí también ha llovido sangre.
Quisiera creer que hace frío, o que un día lo hizo.
Pero no.
Sólo llovió sangre.
Y ni siquiera a cántaros.
Sé que algún día esta maraña será desenmarañada, que de algún modo se desenmarañará, pero hasta que se desenmarañe, desenmarañada quedará... Y en sus hilos de poca esperanza, yo, como un rostro imperfecto, buscando ojos que mirar.
Lejos, cada vez más lejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario