Una voz al otro lado de la línea.
Una voz antigua, una voz de cuándo...
Y de repente empiezan a surgir las palabras.
Estaban guardadas, ahí, en el fondo, por si acaso.
Tan guardadas que temí que se las hubiera tragado el polvo.
Pero no, ahí estaban,esperando a ser dichas.
Poco a poco, con cuidado,
se deshilachan, se conforman,
cogen al tiempo por las manos
y se deslizan por él cómo si fuese un río.
Qué poco queda atrás, qué silencios más suaves,
qué añoranzas más tiernas.
Qué pequeña alegría, repentina, en esta tormenta.
Estrellas que alcanzar
Hace 6 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario