Una voz al otro lado de la línea.
Una voz antigua, una voz de cuándo...
Y de repente empiezan a surgir las palabras.
Estaban guardadas, ahí, en el fondo, por si acaso.
Tan guardadas que temí que se las hubiera tragado el polvo.
Pero no, ahí estaban,esperando a ser dichas.
Poco a poco, con cuidado,
se deshilachan, se conforman,
cogen al tiempo por las manos
y se deslizan por él cómo si fuese un río.
Qué poco queda atrás, qué silencios más suaves,
qué añoranzas más tiernas.
Qué pequeña alegría, repentina, en esta tormenta.
¡Spam!
Hace 1 año
No hay comentarios:
Publicar un comentario