miércoles, 16 de septiembre de 2009

Desde el muro


No quiero más espejos, tengo todavía
cristales bajo la alfombra y crujen
cada vez que pasa un invitado.
¡Apartadlos!

No quiero más persianas, tengo todavía
los ojos muy cegados y la tentación
de la oscuridad es todavía fuerte.
¡Arrancadlas!

No quiero más ventanas, todavía me sacuden
escenas de atropellos y accidentes
en que la sangre brotaba.
¡Tapiadlas!

No quiero nada, simplemente sabedlo,
no más humo, no más niebla, no más.
Sólo quiero, nada más.

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