domingo, 1 de noviembre de 2009

En esta tarde gris


Mirando arriba y abajo, detrás y delante.
Recogiendo las semillas de lo sembrado,
los frutos podridos, los frutos prohibidos,
el segundero clavado en la garganta,
la lágrima flotando en la comisura de las manos.
Todo es hoy un gran tambor y no hay
manos ajenas extendidas, solo el atroz
suspiro eterno de una galaxia de perlas
que implota ya disuelto sobre cojines sucios
y los sayos, rasgasdos, invisibles
capean tormentas irresolutas con puño de seda
de un trienio insoportable.

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