en el momento en que menos se necesita,
cómo si mirase oculto en una mesa
y se abalanzase mientras se sueña,
despavorido.
Luego, cómo al girar, sonríe
con el aliento pleno de posibles
y eructa inerme aquellas felicidades caducas
que ya no tienen distancia en que meterse.

No hay comentarios:
Publicar un comentario