
¿Dónde están los trozos que me faltan?
¿Dónde las llagas?
Tal vez vuelen
en ese lugar difuso
que siempre olvido mirar,
o en un verde extraño
que varíe de signo con las tormentas
a cambio de un instante casi puro.
Tal vez debajo
de ese montón de espinas renqueantes
que codician almas juguetonas
a las que nunca supe
hablar del todo.
¿Cuáles son los trozos que me faltan?
No sé, solo duelen.
Tal vez ni existan
o fueron
un pequeño paseo,
un sol intermedio,
intermitente,
tan casual
que puede que hayan olvidado
el camino a la casa que nunca tuvieron.
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