miércoles, 19 de mayo de 2010

Daño por segundo

Y de un segundo a esta parte
cuando el desgarro se cimbrea,
llueven lápidas con nombres vanos,
como si el tiempo fuese la otra piedra
y el añil tan solo un recoveco más en la autopista.

Renuentes las palabras, las losas
apilan fantasmas sobre vértebras ufanas
y el rabiar minúsculo de aquel bucle
compone sin verbos estrellas distantes
donde no habrá fidedignos temblores
o la estúpida victoria de un león rampante.

Aquí se difuminan
las inevitables presencias que golpean
sus alas momentáneas contra los pilares profundos
y las recientes llagas mortifican
el habla inaudible de las roturas
apiñadas en cafeterías impronunciables.

Sobre todo, un mástil
que ondea los últimos minutos de un retablo
en que mano y hambre fueron niñas
jugando a ser linces en el desierto de los nombres.

1 comentario:

  1. Muy bueno el poema, Salva.
    No conocía esta canción basada en el poema de Cesare Pavese. Me gusta. Gracias.
    Un abrazo.
    Antonio Solán

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