martes, 5 de enero de 2010

El niño yuntero

Sin mirar hacia atrás, por si acaso,
la lluvia desliza entre los hombros
un rasgante asedio de banalidades
que agrupan en su eco un hedor
tan inconsútil cómo inefable.

No hay viento en noches como estas
siquiera vuelve sobre sí mismo
el recoveco aquél en que figuraba
el pendón insaciado de lo cámbrico
que fructificaba incondicionado por el uso.

1 comentario:

  1. Hola Salva porfin he entrado a tu blog, me parece muy interesante. El cuadro que has puesto al final de "El grito" de Munch, es mi favorito. Un saludico de Fini (tai chi)

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