viernes, 1 de enero de 2010

Blackest night

Al final cae el telón y el cartón piedra
se amontona súbito
creando poso.
No hay otra cosa:
Un poco de precinto,
una barba de algodón,
una sonrisa pasajera:
Eso soy yo.
Más allá de ésto
¿Qué me queda?
¿Las piernas cruzadas,
los brazos apretados,
la obsolescencia por sistema,
las manos rotas de culpa,
la mirada ya nunca límpida,
fija
únicamente en la ´caída?
¿Imaginar el pasado que fue,
no el que pudo,
lo divergente
de éste momento único,
de aquél momento único
en que busqué el final
dónde no correspondía
y no saber ya
hacer otra cosa?

Y ahora
lo que queda
si es que queda algo:
Un hilo de lana
tan exiguo,
un presente
en otra parte,
no sé dónde.
Miro al cielo.
Miro al suelo.
Reflejos a reflejos
cenizas a cenizas
nada detrás
nada delante.
Un día más.
Otro igual.

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