miércoles, 6 de enero de 2010

¿Qué le pasa a Jack?

Amanecer siempre tardío, prolongado absurdamente
con la vana esperanza de que un rato después sea más tarde
y el esquelético tiempo oree las horas inútiles
llevándose con él las nadas y las lágrimas.

Hablar quedo y breve, lejos ya cualquier entusiasmo,
mirando hacia la salida, o hacia abajo,
según quede más próximo,
engañándose:
Mirando atrás de reojo.

Esperar ya nada, ir llenando huecos,

todo burbuja alrededor, todo intocable,
todo distancia, todo tan afuera...

Y vivir, o lo que sea, sobreviviéndose,
arrastrando silencios y deseos
esperando milagros imposibles,
ansiando que vuelva el sueño
o que se vaya
o lo que sea.


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