sábado, 26 de junio de 2010

Corazón de mudanza (y II)

Pero no es el hogar,
si no una puerta,
o una llave,
el camino indispensable e indiferente,
la azul marca de los años
que abofetea los teléfonos con mano inerme.

No lo es, no.

No es lo que espera
lánguidamente la boca soñada,
los ojos distantes,
el regreso a ninguna parte.

No lo es, no.

Solo cajas y futuros.
Preguntas y más preguntas.
Otro mañana a desperdiciar,
otros tiempos.

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