viernes, 26 de marzo de 2010

Cumbres pasajeras

Atardecer brutal de septiembre oscuro, herrumbroso:
Suenan tambores y tabardos allá en las cercanías,
ondean buitres sus ojos desgarrados por el miedo
y rebota la sangre contra nubes infames.

Los acantilados susurran con lava en los dientes
los cánticos precoces de niños perdidos
que se balancean impávidos ante autovías deshechas
y roban sin quererlo fusiles extradimensionales.

Con latidos y martillazos se va derruyendo
el profano ser de los angostos espectros
que azulean caminos hacia el sur difuso
o lluvias rabiosas donde el nombre es oro.

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