Harto del odio, del sinsentido,
de la lógica ilógica de lo cotidiano,
de la inherente tristeza del día a día,
de la desesperanza sistemática.
Harto de las certezas y las dudas,
las medias verdades y las puras mentiras,
del tiempo que no pasa, de la distancia que no cura,
de la noche que no empieza y los días que se vuelan,
de los espejos que me miran y me devuelven la mirada,
de los malentendidos y las obviedades,
de los errores que se acumulan,
de los aciertos que se diluyen,
de las repeticiones y de las metáforas,
de lo fantástico y lo trágico,
de todo lo efímero y sus alrededores,
de las sombras que son eclipses,
de los eclipses que son negrura,
de la negrura que es vacío,
del vacío irreemplazable y la presencia que no llena
de la nada que me rodea, de lo nadie que soy,
de esta absurda permanencia a fuerza de miedo y costumbre,
de tanto silencio estúpido y tanta tontería a pleno sol,
de saber y de no saber saber,
de vivir y no vivir vivir,
de ser y no ser ser.
¡Spam!
Hace 2 años
"Ser o no ser", de eso precisamente hablo yo hoy en mi blog. Soy menos poético, evidentemente, pero no deja de ser una curiosa coincidencia. Saludos cordiales.
ResponderEliminarSaludos.
ResponderEliminarSupongo que en estos tiempos tormentosos, la misma duda nos corroe.