jueves, 8 de abril de 2010

Diciembre fue mejor

Cuando el dolor del alma
o como se llame este montón
de prejuicios y mentiras
que se encabrita aquí dentro,
estalla, revienta, explota
y duele el cuerpo, el insaciable,
el que busca más de lo que tiene,
el que siempre necesita,
el que se encorva ufano
y se afana en coleccionar fracasos,
el que barrita encabritado las ausencias
y no quiere ver su mayor ceguera.

Cuando noche y día no saben
si empezar o terminar
porque saben que no importan,
y el sueño, ese gran caprichoso,
aterroriza con idas y venidas el instante
y la memoria traicionera viaja
en busca de tesoros y miserias.

Cuando más allá de todo se desvelan
esos silencios y esos misterios
que oxidan lo dorado con garras impasibles
y fagocitan uno a uno los restos de todos los naufragios.

Es momento de...
De...
A la mierda.



4 comentarios:

  1. Gracias por estas pequeñas dosis de poesía que me acompañan cada vez que abro tu blog. Un abrazo.

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  2. Una definición perfecta del alma de alguien que está vivo. Una vez más, gracias por tus poemas que nos ponen en la realidad que muchas veces nos queremos near a ver. Gracias, gracias, Salva.
    Antonio Solan

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  3. Simplemente muchas gracias por compartir tanto y disculpas por no pasarme antes...

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