Viejas banderas no rasgadas,
otras sonrisas en otros cuerpos,
miradas ausentes en los labios.
Ojos baldíos reinventando
aquella manera de volver a los olivos
y acurrucarse frente a la nada.
Dedos sapientes que indican
con su voz ignífuga chapoteos pasados.
Este manto adrede camina junto al hielo:
Oscuros trastes de música indefinida.
Niñez repartida en estancias huecas,
clamor de pies, un triste rayo
conviviendo con el aire que no agita.
¡Spam!
Hace 2 años
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