Sumados están a las raíces los despojos
que ansían luces de hogaño en sus fierezas.
Voces de otros clamando las mismas ausencias,
gotea la tinta difusa en párpados que otrora fueron verso.
Cuenta ahora como propio el ras del vuelo
que anaranjado trazaba un balcón definitivo.
Luego aquel gesto efímero que compondría muros
donde el horror se hizo inmanente, casi agostado.
Un gato de luna murmulla hechizos de nunca
que la victoria masculló en espectral silbido.
Naves severas de faz imprevista
que destrozan sus quillas contra huracanes.
Una única línea entonces basta, o una vestidura ajada,
pero el verano sigue siendo niebla y trueno.
Mundos circulares dentro de mundos:
quema el limbo con su trono salvaje.
De amanecer en futuros lejanos qué sabe nadie,
hoy arrastra la trinchera lienzos petrificados.
¡Spam!
Hace 2 años
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