Noches sin luz,
días sin nada,
siendo lo que no:
Espejo, fuego, alma.
Trozos aquí y allá,
trazos
de un rostro que era.
Y mil que no serán.
Las manos abiertas persiguiendo mariposas,
los puños cerrados conteniendo arena.
¿Qué podría?
Cómo una vía de escape, correteando
de aquí allá sin llegar a ninguna parte.
Atrás, el cielo,
enfrente, la nada.
Y un torbellino infinito junto al lecho
entonando canciones que no acaban.
¡Spam!
Hace 2 años
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