El medio se convierte en fin,
el fin, en principio,
y otra vuelta de tuerca,
otra vez en el mismo sitio.
El mensaje no es el masaje,
solo un nudo de esa cuerda
que se deshilacha a cada instante,
y cuyo nombre ya sabemos.
Sobre los árboles, estrellas y esperanzas
que se desnutren al ritmo de lugares
que en el fondo no se encuentran
y prefieren disolverse entre crepúsculos.
La penúltima batalla, que no se ha librado aún
de una guerra que nadie ha declarado todavía
aparece ejemplificando libros de historia,
era concebible tamaña derrota, y sin embargo,
prestas, las horas se lanzaban a la carga
muriendo una a una en una agonía estúpida.
Todo polvo en el viento, todo cenizas a cenizas,
y no habrá resurgires inesperados ni avances de otros capítulos.
Languidecer, si acaso, bajo otras galaxias,
lamiendo las heridas de puñales mal envainados
y recobrar poco a poco la memoria de dondé ardió
durante los únicos siete segundos malgastados de una vida.
¡Spam!
Hace 2 años
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